Santurtzi tiene una nueva estrella. Desde hace ya varios años, la actriz Olga Martínez dedica su vida a la interpretación, y ahora se ha enfrentado a un nuevo reto en esa aventura. Pero empecemos por el principio. Y es que Martínez estudió Filología Inglesa y después Arte Dramático. Doblemente licenciada, siempre le ha gustado crear y descubrió esta pasión en la universidad, mientras estudiaba Filología.
Allí hacía talleres de teatro, y tras haber pasado por varias producciones como Urte berri on, amona! (largometraje dirigido en 2011 por Telmo Esnal), y series míticas como El comisario, Hospital central, Policías, Compañeros o Campus, dentro de poco podremos verla en el cortometraje Merkurio.
Al fin y al cabo, el de los cortometrajes es un universo que ha explorado ampliamente Martínez, habiendo participado en Gulliver (de Gaizka Arostegi), Sex Machine (de Iván Alonsotegi), Artalde (de Asier Altuna) o Estamos esperando (de Iñigo Cobo). El más reciente es La camisa blanca, dirigido en 2022 por Bego Guerrero.
Ahora, con Sébastien Pesle está cerca de presentar el ya mencionado Merkurio, una producción francesa cuya premiere se celebrará en París el 18 de mayo. “Ha sido una maravilla de película. Es en blanco y negro”, introduce la propia Martínez en conversaciones con ON. Porque además se han acercado a Euskadi para rodar la película, pues está ubicada en unas cuevas en Oñati, Sandaili. “Mi personaje estuvo ahí metido prácticamente como veinte días de rodaje.
Comedia con tintes de terror
Es una comedia, pero tiene tintes de terror, con muchos efectos especiales”, señala, al tiempo que añade que para describirla “me viene a la mente Delicatessen, con una mezcla de Tarantino y de Álex de la Iglesia en blanco y negro”.
Los ingredientes, por lo tanto, están claros. Y si a eso le añadimos el equipo del que se ha rodeado, la combinación es perfecta. “Fue muy intenso”, asegura. Y es que el paisaje es tan mágico como acogedor, propicio para una bruja como la que interpreta Martínez. “El personaje es una maravilla, y hablo en euskera. Es una bruja ancestral, no es una caricatura de bruja. Es las entrañas de esta tierra. Y necesitaban que hablara euskera y que fuera muy terrenal. A mí me encantó”, explica, porque la trama además la comparten dos personajes; ella y James Ferrux, que aquí da vida a un gigoló. “Disfruté muchísimo. Es un personaje muy disfrutón, porque es una locura de personaje. Es llevado al máximo pero no es un personaje tipo, es terrenal de verdad”, reitera Martínez. De esos personajes que la van a acompañar eternamente.
Dos personajes
Pero, ¿qué supone el que haya dos personajes compartiendo este corto? A pesar de que a lo largo del mismo veamos a otros personajes, en la mayor parte de las escenas los veremos exclusivamente a ellos dos al fin y al cabo. “Es mucho más intimista, es estar todas las secuencias, todas las escenas con él”, afirma Martínez, que señala que “se genera un ambiente muy mágico y de verdad, mucha complicidad”. Y es que la química entre ambos la vio el director ya desde el cásting, por lo que el trabajo ha ido rodado. El 18 de mayo podremos ver el resultado de tanto esfuerzo en un cine de París, Grand Action, en el centro de la ciudad.
“Es precioso. Es como si fuera el típico cine de los años 80, rojo...”, describe la actriz, que está deseando que llegue la fecha de estreno. “Allí va a ser la premiere, y después de eso optará a diferentes festivales. “Irá a Donostia, a Sitges... Pasará por todo el tema de festivales”, explica. Pero su camino no termina ahí. Martínez al fin y al cabo no ha dejado de lado otra de sus grandes facetas, el teatro. Y con la vista puesta en septiembre, ya nos adelanta que llegarán con Canciones tristes para gente alegre, dirigida por Iñigo Cobo. “Después del verano, en septiembre, en la sala BBK Kuna de Bilbao estaremos allí”. Y el corto La camisa blanca lo han fusionado con teatro, así que podremos seguir viendo a Olga Martínez largo tiempo.