Euskadi ha logrado rebajar su deuda pública al 12,3% del PIB de la CAV, lo que la sitúa como una de las autonomías con menor deuda del Estado, junto a Nafarroa y Madrid, y se prevé una mejora gradual hasta dejarla en el 6,5% de PIB en el 2028.
Así lo señala la última actualización del Observatorio de deuda pública, en el que la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) analiza la evolución de la deuda pública en el primer trimestre del año.
Desde el mínimo del año 2007 (1%), la ratio de deuda sobre el PIB de Euskadi aumentó más de 15 puntos hasta situarse en 2020 en su valor máximo (16,2 %) coincidiendo con el repunte de la pandemia.
Desde ese punto la ratio se ha reducido 3,8 puntos hasta situarse en el 12,4 % del PIB a final de 2023, por debajo de los niveles en torno al 14 % donde la ratio se había estabilizado en los años previos a la pandemia.
El País Vasco se ha situado a cierre de 2023 por debajo del valor de referencia establecido en la Ley de Estabilidad (13 %), situación que no se registraba desde el año 2012.
Además, Euskadi, junto con Nafarroa, son las únicas comunidades que nunca se han financiado a través de los mecanismos extraordinarios de financiación.
La deuda de la CAV supone el 3,4% del total del endeudamiento autonómico, porcentaje que ha sido bastante estable a lo largo de los años.
Las agencias de calificación sitúan la deuda a largo plazo de Euskadi dentro de la categoría de grado de inversión, de grado medio en el caso de Moody's y Fitch ('A3' y 'A' respectivamente), y grado alto en el caso de S&P (AA-), situándola uno y dos escalones por encima del rating del Reino de España ('Baa1', 'A', 'A-')
El escenario vasco del futuro, un 6,5% de deuda en el 2028
Según el informe de Airef, el escenario inercial proyecta una reducción de la ratio de 5,9 puntos en el horizonte de previsión de medio plazo (de 2024 y 2028, año de finalización del futuro plan estructural), que situarían a Euskadi en el 6,5% del PIB.
Bajo las últimas previsiones macro-fiscales publicadas en el Informe de Presupuestos Iniciales, que muestran un escenario presupuestario vasco con una evolución positiva del saldo primario (diferencia entre ingresos y gastos) con una corrección de 0,7 puntos de PIB hasta 2028.
Suponiendo que el superávit se mantiene constante a partir de ese año, la senda de la ratio de deuda muestra una reducción sostenida, desapareciendo por completo en el año 2035.
Si se considera una evolución menos favorable del saldo primario, una décima de PIB por año en el periodo 2024-2028 hasta situar el saldo en ese año medio punto por debajo, la deuda desaparecería diez años más tarde, en el año 2045.
En el conjunto del Estado, la Comunitat Valenciana, seguida de Castilla-La Mancha, Murcia y Catalunya, son las autonomías con un mayor nivel de deuda.
En términos generales, la ratio de deuda de las autonomías se ha ido moderando, desde el máximo alcanzado en 2020, coincidiendo con la pandemia, cuando llegó al 27,2 %, hasta situarse en el 22,2 % del PIB en 2023.