Nuevo formato para el legendario programa de Mediaset First Dates, que recientemente ha dado el salto de la mesa del restaurante a la experiencia en un hotel. En esta nueva aventura vuelve a estar Lidia Torrent, que ha querido charlar con nosotros de esta nueva etapa.
¿Cómo encara esta nueva aventura?
-Pues recibí la noticia con mucha ilusión. He vuelto a este nuevo proyecto como si a un niño le dieran una piruleta. Lo he cogido con todas las ganas, con toda la emoción, y ha sido muy especial porque ha sido como una vuelta no vuelta. Era un escenario diferente, con compañeros diferentes... Ha sido una experiencia superbonita en la que he intentado -y creo que conseguido- entregarme en cuerpo y alma. En ese hotel con tanto duende, con unos daters que prometo que han sido increíbles y maravillosos, cómo se han dejado llevar y confiado en todo lo que les proponíamos..., para mí ha sido de nuevo un superregalazo.
Comenta que ha sido una vuelta no vuelta. Han cambiado muchas cosas. Ha estado unos añitos fuera del formato First Dates, una ausencia en la que al principio además tuvo una sustituta de lujo, su propia madre, Elsa Anka. ¿Cómo la vio en el formato?
-Yo me acuerdo cuando recibí la noticia que me quedé con la boca abierta. Fue un giro de guion que no me esperaba, pero fue tan maravilloso que ella pudiera cubrirme esos meses... Ella lo disfrutó tanto y creo que no podía haber tenido mejor sustituta. También fue muy bonito, porque yo a First Dates entré con 21 años, todo el equipo y la gente fueron mi familia, mi sostén, mi apoyo..., y que ella pudiera entrar en lo que ha sido mi familia durante tantos años para mí fue muy bonito también.
Se les ve a las dos en su salsa. No sé si se plantean a futuro compartir programa.
-No lo sé. Durante el tiempo que no estaba en First Dates he estado trabajando, he presentado muchísimos eventos de marcas maravillosas, he crecido también como profesional y a nivel personal, me he seguido formando... Entonces, estoy superabierta a recibir cualquier propuesta, y si en esa propuesta está mi madre será un proyecto que disfrutaré mucho. También es eso de que creo que ya pasé por sentir al principio lo de hija de, que es una cosa que he trabajado mucho. Así que también disfruto mucho de mi camino en solitario, pero que si pudiéramos compartir proyecto sería fantástico, seguro.
¿Usted ya desde pequeña se imaginaba frente a las cámaras? ¿Era un sueño?
-Creo que nació más desde la curiosidad, porque de ver siempre a mi madre en este sector creo que sentía mucha curiosidad por este mundo. Creo que nació más desde la curiosidad, que de haber nacido ya muy artista, de esto que dicen que desde pequeñas hay niñas que se ponen a cantar en el centro de la mesa. Yo nunca he tenido esa cosa de pequeña de siempre sentirme que iba a ser este mi lugar, pero desde la curiosidad yo creo que sí que nació ahora mi profesión.
En este formato, ya lo decíamos, cambian unas cuantas cosas. Lo que no cambia es el tándem que forma con Carlos Sobera. ¿Cómo es trabajar con él, ahora como director de hotel?
-¿Sabes qué pasa? Que todo lo que pueda decir de Carlos se me quedará pequeño. Carlos no solo es que sea un profesional al que admire, del que he aprendido. Yo le observo cada vez que trabaja para empaparme al máximo de cómo es, de cómo funciona, de lo resolutivo que es... Pero a nivel personal es una persona tan generosa, tan cercana y campechana..., es un tío fenomenal que hace equipo y para mí es un honor poder decir que Carlos es mi compañero de trabajo.
Ahora ya no nos conformamos además con una cena. Los participantes pueden irse de spa, de escapada... ¿Tiene algún consejo para los concursantes? Porque van a tener mucho más tiempo de conocerse.
-Al final lo chulo de esto es que el espectador muchas veces se queda como con ganas de saber qué pasó después. Entonces, yo creo que esto le da al espectador ese 360 que muchas veces desde casa reclamamos, ese saber más. Entonces, yo creo que incluso a los daters se les tienen que dar menos consejos, porque el saber que tienen más tiempo para hacer y para ser les hace entrar con otra energía. Evidentemente, el nervio de una primera cita no te lo quita nadie, pero como es más larga la estancia al final ellos se relacionan desde un: “Bueno, voy a tener tiempo y espacio para que esto se desenvuelva”. Entonces, vienen como muy entregados.
¿Cree que eso facilita las cosas a la hora de encontrar el amor?
-Yo creo que estamos de acuerdo en que los escenarios invitan a cosas. Si de repente, después de una cita, te llevan al jacuzzi, las cosas que están a flor de piel florecen. Entonces, es verdad que ayuda mucho el que tengan más tiempo. Tienen un entorno favorecedor para que todo sea cohetes y arcoíris. Entonces, en esta experiencia de First Dates Hotel lo que es maravilloso es que ellos puedan seguir su historia y que nosotros seamos partícipes.
Si algo ha dejado First Dates en todos sus formatos ha sido anécdotas que luego se han vuelto virales en redes. ¿Hay alguna que atesore con cariño o le haga gracia?
-Es que son tantas, y tan especiales cada una por una cosa... Como cuando te dicen que han sido papás juntos y que se han casado... Creo que a todos nos enternecen las parejas de mayores. Recuerdo una mujer que nos dijo: “Nunca pensé que gracias a vosotros no envejecería sola”. Ahora en First Dates Hotel ha habido uno que fue muy impresionante, de estas casualidades que te hacen ver que la realidad supera a la ficción. Porque hay cosas que te las ponen en una película y no te las creerías. Es un hombre que enfermó y cuando después de los tratamientos estaba un poco derrotado, decidió retirarse a Moraira, que es donde está el hotel en el que hemos grabado. Fue a ese hotel como de retirada espiritual, se recuperó y años más tarde ha vuelto al mismo hotel a tener una cita y esa pareja salió del hotel si no de las más enamoradas, la que más.
Hablando de viralidad, usted también es popular en redes, con más de 100.000 seguidores en Instagram. ¿Cómo se llega a crear una comunidad así?
-No te creas que yo a veces también me lo pregunto y digo: “Jolín, ¿qué tendré yo?”. Siempre me persigue el síndrome del impostor. Pero no lo sé, yo creo que First Dates al final fue la plataforma para que se me conociera más y por eso le debo tanto. En First Dates crecí a nivel profesional y personal, y es muy bonito la gente que te acompaña porque las redes sociales tienen ese lugar oscuro, pero también es un lugar con mucha luz y me siento muy acompañada por la gente que me brinda cariño, apoyo e incluso compañía.
Sobre ese lugar oscuro, ¿tiene algún consejo para las nuevas generaciones que empiezan a adentrarse en el mundo de las redes?
-Honestamente, yo he aprendido a que si destino energía en ver lo malo al final lo malo te hace mella. Es muy difícil ponerse una capa de invisibilidad. Entonces, yo he aprendido a poner la energía en lo que quiero, en lo que deseo, en lo que proyecto..., y para mí es muy importante que ahora, cada vez que recibo un comentario cruel, lo bloqueo. No entro a debatir nada. La crueldad no hay que mirarla, porque no es ni constructiva ni sana.
Personal
En mayo comenzaron las grabaciones del programa First dates hotel, que hace unas semanas llegó a Mediaset, de nuevo con Carlos Sobera al frente, y con el regreso de Lidia Torrent al formato. Con una entrega cada martes, ya nos encontramos en el ecuador del programa.
Lidia Torrent ha vuelto a Mediaset tras un tiempo de ausencia. No ha parado ni un momento, sin embargo. A lo largo de los años la hemos visto en First dates, Pecadores, Secret Story o El juego de las llaves. También destaca su carrera como comunicadora y presentadora de eventos.