La Real Sociedad continúa indignada con la actuación de Gil Manzano. El colegiado extremeño, con sus polémicas decisiones, ha dejado un poso de rabia en el equipo txuri urdin que ha recordado viejos tiempos en Donostia. La Real se ha cruzado con varios árbitros de doble apellido que han marcado al aficionado realista: Japón Sevilla, Medina Cantalejo... o González González. El excolegiado, natural de Ponferrada, es posiblemente para muchos el peor árbitro con el que ha convivido la Real en los últimos tiempos. Y curiosamente dejó hace poquito una imagen más que sorprendente para cualquier realzale.
Los hechos ocurrieron el pasado 6 de enero en El Toralín, tras acabar el partido de Copa de la Real frente a la Ponferradina. Como en cada postpartido, los jugadores pasan por zona mixta donde reciben a los medios, y dependiendo el campo, también tienen acceso los aficionados VIP. Este era el caso del campo castellano-leonés. Entre los aficionados, algunos japoneses, que esperaban a la salida de los jugadores de la Real, estaba González González con, presumiblemente, un familiar, vestido de la Real de arriba abajo, con el que esperó a cada uno de los futbolistas para que le firmasen autógrafos. Finalmente, fue Imanol quien se acercó a saludarles, y con el que intercambiaron palabras. El familiar, aparentemente su hijo, parecía ser realzale total, con una sonrisa de oreja a oreja escuchando al patrón. Una anécdota difícil de creer tras los episodios vividos entre el colegiado y la Real.