Los y las irurtzundarras despidieron ayer las otras fiestas, las de San Martín, un intenso fin de semana en el que se cumplió con creces el veranillo asociado al patrón de esta localidad. Uno de los actos fijos de estas celebraciones es la feria de artesanía, un escaparate de viejos oficios, algunos reinventados. Eran 23 puestos en total y una variada oferta, con artículos de madera, cerámica, joyería, juguetes o textil entre otros productos además de alimentos artesanos
Algunos aprovecharon la feria para adelantarse en las compras navideñas, una manera de regalar artesanía y todo lo que ello implica. Y es que es otra manera de hacer y vender; objetos únicos hechos para durar y pensar, como los juguetes de madera de Pello Olea, de Bakaiku, al igual que los de Eva Fernández, de Durango, y Enrique Quevedo, un argentino afincado en Ibiricu de Yerri. Con más de tres décadas de experiencia en ferias, apuntaba que ya no son lo que eran pero se mostraba contento con las ventas .
Asimismo había muñecos realizados a ganchillo por Maixus Jauregi y su hija Maialen Galdos, de Oiartzun, con costuras a prueba de cualquier tirón. También había donde elegir en joyería, tanto en el puesto de Amaia Clavo, de Aitzaroz, como en el de Nekane Elustondo, de Lekunberri e Iker Pelegrin, de Pamplona, y artículos para casa, con delantales, ambientadores artesanos o cosmética natural y pomadas entre otros productos.
Además, ayer fue la primera salida para vender el material que Andra Mari Ikastola ha preparado de cara al próximo Nafarroa Oinez que se celebrará en Etxarri Aranatz, coloridas prendas y artículos con el Hotsein!
En la feria también se pudieron adquirir alimentos artesanos como queso, pan, pasteles o miel, que antes se pudieron degustar, como en los mercados de siempre. Tampoco faltó talo, esas deliciosas tortas de maíz acompañadas de txistorra, tocineta o queso imprescindibles en toda cita festiva. También había un hueco los txikis, con un taller en el que pudieron trabajar el barro con Josu Goñi.