Sopuerta – Ya en 2013 las Jornadas Europeas del Patrimonio incluyeron en su programación un itinerario por Sopuerta que contemplaba acercarse hasta el túnel de Herreros. "El lema de aquel año era Patrimonio vivo, patrimonio intervenido", rememora Amalio García, presidente de Alén. La infraestructura que ayudó a salvar el puerto de Las Muñecas al ferrocarril Castro-Traslaviña en activo entre 1898 y 1966 también casa con el eslogan Patrimonio accesible e inclusivo seleccionado este 2021 y el espíritu de la iniciativa que la asociación cultural de Sopuerta encabeza para acondicionarlo. Mañana sábado terminará frente a la boca vizcaina el recorrido por el Arenao, el Castaño y la Mina Catalina, que permitirá a los asistentes hacerse a la idea sobre el terreno de cómo su puesta en valor podría abrir una vía de comunicación para unir vías verdes de Bizkaia y Cantabria.
En los ochos años transcurridos entre ambas actividades se han dado pasos como el informe del Ayuntamiento de Castro Urdiales que este mismo verano acreditaba el buen estado del túnel y cifraba en cerca de dos millones de euros la inversión necesaria para su reparación. Otras asociaciones, las Juntas Generales de Bizkaia, los Ayuntamientos encartados de Artzentales, Galdames y Sopuerta o el de Castro Urdiales han sumado sus apoyos en los últimos meses a la espera de que se concrete un entendimiento entre Euskadi y Cantabria para abordar las obras.
"Nos preguntamos si el túnel existe porque mucha gente de Sopuerta todavía no sabe que está ahí y ahora no puede cumplir ningún cometido", reflexiona el presidente de Alén, quien insta a las instituciones a "no cerrar este camino" de comprometerse con el proyecto y en especial al Consistorio de Sopuerta porque "comparte con Castro la propiedad al 50%" de sus dos kilómetros. "¿Lo seguimos ocultando, lo seguimos destruyendo o se pone en valor?", cuestiona.
"Es importante generar esta inquietud ciudadana" para que la iniciativa no se enfríe. Por eso, mañana mostrarán in situ cómo un túnel de Herreros transitable para peatones y ciclistas podría acercar Enkarterri a Cantabria y el resto de Bizkaia a través de un entorno con un marcado pasado minero. "Desde las minas de Artzentales y Sopuerta transitaban por Sopuerta dos vías de ferrocarril como arterias que transportaban el codiciado mineral de hierro desde las minas hasta los puertos de embarque con destino fundamentalmente a las siderurgias europeas y vizcainas", describe. En 1895 entró en servicio el tren Castro-Alén y tres años más tarde, el trayecto Castro-Traslaviña –donde se halla el túnel de Herreros– que también se utilizó para pasajeros. Ahí se fraguó una estrecha convivencia entre vecinos a uno y otro lado que la asociación Alén cree que revitalizaría la reparación propuesta.
Tres horas
En el trazado de la vía verde se pueden observar numerosos vestigios de la explotación minera, de los que el itinerario de mañana sábado con aproximadamente tres horas de duración se centrará en las ruinas de la estación del Arenao, los pilares del antiguo puente del ferrocarril, los túneles de La Venta y El Alisal y Mina Catalina, donde se ofrecerá un hamaiketako para reponer fuerzas. La asociación cultural Alén plantea la protección de este enclave como Bien Cultural y su adecuación como centro de interpretación de la minería.
El complejo llegó a contar con oficina, forja, comedor, economato, hospital minero y los emblemáticos hornos de calcinación de Sopuerta. Construidos entre 1956 y 1961 "con una estructura cónica de veinte minutos de altura con chimenea y seis puertas metálicas que actuaban de tiro, en ellos la siderita o el carbonato se sometían a un tratamiento a temperaturas que no superaban los 900 grados que eliminaban las impurezas del mineral.
"Nos preguntamos si el túnel existe: mucha gente no lo conoce y ahora no puede cumplir ningún cometido"
"Es importante no cerrar ese camino y generar inquietud ciudadana sobre su recuperación"
Amalio García
Presidente de la asociación Alén