En el deporte es tan importante la preparación física como la mental. El físico te permite acometer las exigencias de cada momento y el aspecto mental facilita el pasar baches, el sobreponerse a las adversidades que va marcando la propia competición. La atleta de montaña residente en Santurtzi, Sandra Sevillano, dio toda una exhibición de fortaleza física y mental en el Campeonato de Europa de Skyrruning Trail disputado hace tres semanas en Portugal, prueba en la que Sevillano se hizo con la medalla de oro. La atleta bilbaina residente en Santurtzi tardó 10 horas y 37 minutos en cubrir los 65 kilómetros de los que constaba la prueba, siete minutos más rápida que la rusa Shikanova, medalla de plata y 27 minutos más rápida que la medalla de bronce. "Cuando no logré clasificarme para el Mundial, el Campeonato de Europa se convirtió en mi objetivo y he podido ganarlo. Hace dos años quedé subcampeona y, en esta ocasión, he podido dar un paso más colgándome la medalla de oro", explica Sevillano, quien apura los últimos días de descanso antes de comenzar a preparar lo que será la nueva temporada.
Correr 65 kilómetros no es moco de pavo, mucho menos si es en montaña, pero es casi épico cuando se hace con un esguince de tobillo. Todo marchaba bien para Sandra Sevillano en la carrera hasta el kilómetro 23, en ese punto del exigente trazado luso, uno de sus tobillos se dobló y comenzaron las molestias. El panorama no era nada halagüeño teniendo en cuenta que le restaban 42 kilómetros –un maratón– hasta alcanzar la meta. En ese instante, Sandra Sevillano se creció ante la adversidad, apretó los dientes y continuó su camino. "Había momentos en los que, evidentemente, el tobillo me molestaba, pero había que seguir adelante. Cuando llegué a meta y me quité la bota, ya fue otra cosa", indica Sevillano. De hecho, la atleta ha invertido su periodo de descanso al finalizar su temporada para recuperarse de la lesión. "Ha sido una temporada larga y complicada, pero ha tenido un final magnífico", reconoce Sevillano, quien ganó la Copa de España en 2018. Y es que la temporada nacía llena de incógnitas. El parón por la pandemia hizo que Sandra estuviese sin colgarse un dorsal durante año y medio. Durante ese tiempo, hubo un confinamiento en el que tuvo que ingeniárselas para entrenar en casa para no perder la forma. Todo eso era un plus de dificultad para una mujer que tiene que hacer auténticos encajes de bolillos para poder compatibilizar su vida laboral, familiar y deportiva. "Durante el confinamiento me entrené como pude, con una cinta de correr y una elíptica para no perder la forma. Para alguien a quien le gusta tanto entrenar al aire libre como yo, fue bastante duro", indica la atleta bilbaina.