El juez de la Audiencia Nacional que investiga la implicación de la cúpula de ETA en el atentado perpetrado el 30 de mayo de 2003 en la localidad navarra de Sangüesa, que acabó con la vida de dos policías, ha solicitado a Policía Nacional y Guardia Civil que den cuenta del estado en que se encuentran los informes que les encomendó elaborar el pasado 20 de junio.
En una diligencia de ordenación, a la que ha tenido acceso Europa Press, el Juzgado Central de Instrucción Número 1 ordena librar "sendos oficios a UCE-1 de Guardia Civil y a la Comisaría General de Información (de Policía Nacional), para que den cuenta del estado de cumplimiento de los informes requeridos por oficios de 20 de junio pasado".
De esta forma, atiende la petición realizada por la Asociación Dignidad y Justicia (DyJ), que en un escrito de la semana pasada solicitaba a la Audiencia Nacional que diera un "impulso procesal" a estas pesquisas.
En su escrito, DyJ se mostraba consciente de "la gran carga de trabajo y el meritorio esfuerzo por parte" de la Policía Nacional y la Guardia Civil, pero al mismo tiempo llamaba la atención sobre el hecho de que por este crimen no hay ningún "condenado hasta la fecha", "ni como autor material ni como autor mediato".
"Entiende esta parte que nos encontramos aquí ante un caso particularmente sensible, en el que las dos víctimas mortales y sus familias han venido quedando en una situación particularmente grave de total impunidad sostenida durante ya 19 años", recalcaba.
En la misma línea, ponía de relieve que se trata de "dos de los asesinatos de los 379 casos totalmente impunes de ETA que han sido reconocidos por el Parlamento Europeo en su reciente resolución".
APUNTA A OCHO EX JEFES DE ETA
El juez Alejandro Abascal admitió el pasado mes de abril la querella de DyJ contra los ocho integrantes del comité ejecutivo de ETA o ZUBA en el momento del atentado.
El instructor subrayó que estos ex jefes de ETA buscaron durante su mandato "crear un estado de terror total", generar la sensación "de no saber por dónde iba a venir el siguiente ataque".
Abascal enfatizó que la secuencia de atentados que comenzó el 30 de mayo de 2003 con los hechos de Sangüesa "no fue sino el inicio de una 'ofensiva' terrorista, de un giro estratégico, netamente diferenciado de los meses o el año precedente, y que plagó la geografía española de artefactos" explosivos.