María José Sanz García, ‘Teté’, es vecina de Oronz, en el Valle de Salazar, desde 2020, fecha en la que se trasladó desde Zaragoza para proseguir con su empresa de venta de iluminación decorativa y artículos de decoración de hogar a 100% online.
Liderlamp cuenta con un almacén físico en el polígono de Iciz, espacio que goza desde hace apenas un año de fibra óptica y que ha supuesto un punto de inflexión en el negocio, íntegramente digital. “Para nosotros es muy importante porque estamos todo el día conectados. Yo vivo de esto”. En el foro, Sanz confesó que toda la comunicación con el cliente y proveedores es online, siendo el 85% de su mercado nacional y el resto, europeo. Además, apuntó que Instagram es su mejor escaparate. “Y para esto, Internet es fundamental”.
Sin embargo, por otro lado, lamenta que el acceso a la vivienda es un problema en todo el valle. ”Vivimos en una casa familiar y nos gustaría tener una en propiedad, pero aquí no hay ningún tipo de opciones, la zona está muy limitada”, apuntó.
En este sentido, Sanz reconoció que existen pocas alternativas por la falta de terreno y de vivienda con opción a compra y señaló que “ya es hora de buscar soluciones y de contar con los recursos existentes para acabar con el problema”. Asimismo, añadió que se deben aunar fuerzas entre particulares, ayuntamientos, entidades locales y el Gobierno de Navarra para materializar soluciones que pongan fin a la escasez de vivienda. Eso sí, “siempre contemplando las limitaciones que tenemos en el entorno”.
Una nueva vida
La emprendedora expresó en la jornada de ayer su satisfacción por haber ido a vivir a un entorno rural y dejar atrás una ciudad como Zaragoza. “Estos tres años han sido transformadores. El contacto con la naturaleza, la tranquilidad del espacio que respiro y el tiempo que tengo para disfrutar de la familia han sido estímulos muy positivos que me han hecho ganar calidad de vida. Una vida preciosa con muchas ventajas”.
“Vivir y trabajar en el Pirineo tiene que ser algo que vaya con tu forma de ser”
Emprender siempre conlleva una parte de ilusión pero también una parte de incertidumbre. Una realidad que conoce muy de cerca Teresa Etxarri, una veterinaria de Mezkiritz que reside en los Pirineos y que decidió montar su propio negocio en esta zona de Navarra. “Yo tenía mucha vocación de veterinaria. Antes trabajaba en Pamplona pero no me llenaba del todo, además tenía clarísimo que quería vivir aquí”, contó en el evento.
El arraigo por la zona y por su gente le llevó de la capital navarra al Pirineo, un proceso que llevó su tiempo dado que “al principio trabajaba en un hospital allí pero al terminar mi jornada laboral me llamaba alguien de la zona”.
Fue así como poco a poco sintió la llamada del emprendimiento, una situación un tanto forzosa ya que “les propuse (al hospital) poner una furgoneta como algo complementario y aunque inicialmente les pareció bien, me acabaron despidiendo por ese motivo”.
La situación pasó a ser más complicada al tener que hacer frente a todos los gastos con un único ingreso, pero económicamente pudo iniciar su propio negocio “gracias a la subvención del Gobierno de Navarra. Si no llega a ser por Cederna y por Gu Pirinioa no lo hubiera podido hacer”.
Teresa, que dispone de su propia veterinaria móvil, contó durante el encuentro que su evolución está siendo muy positiva “porque voy creciendo e incorporando más maquinaria. Lo que voy ahorrando lo voy invirtiendo”.
También señaló que “vivir en el Pirineo tiene que ser algo que vaya con tu forma de ser” porque a la hora de elegir vivir en el pueblo puedes encontrarte con varias dificultades como por ejemplo la vivienda. “Es muy complicado venirte al pueblo sobre todo por el tema vivienda porque el proceso que hay desde que eliges vivir aquí hasta que puedes hacerlo es muy largo”.
Asimismo, destacó que a pesar de las adversidades está muy contenta viviendo allí. “Los vecinos se evitan ir hasta Pamplona lo que supone ahorrarse mucho tiempo, así que en ese sentido están muy agradecidos de que haya servicio en la zona”, matizó la veterinaria.
“Este proyecto lo hemos hecho entre mi mujer y yo en plena pandemia”
“Un espacio al que vas a desconectar pero al mismo tiempo a conectar”. Esta frase resume lo que supone alojarse en Irati Barnean, varios alojamientos con forma de iglú situados en pleno valle de Aezkoa -en la entrada oeste de la Selva de Irati-, que permite al visitante disfrutar del contacto directo con la naturaleza.
Iñaki Celaya, uno de los impulsores de este negocio, contó cómo fue el proceso de creación. “Primero buscamos un terreno con alguna borda para ir restaurándola poco a poco pero acabamos haciendo unos alojamientos turísticos, lo que es ahora”.
Tras varios años con los procedimientos normativos y legislativos iniciaron las obras que coincidieron con la llegada de la pandemia. “Algo positivo del Covid es que se empezó a apostar más por el mundo rural y por este tipo de vías de escape, algo que a nosotros nos vino muy bien”, relató durante el encuentro.
Estos establecimientos turísticos destacan por ser autosuficientes porque no están urbanizados. Un proyecto muy novedoso en la zona que ha sido posible gracias al apoyo de varias instituciones. “A nivel en la zona hemos tenido mucho apoyo porque han confiado en el proyecto. Hemos luchado mucho pero hemos contado con ayuda del Ayuntamiento local, de Cederna y de otro tipo de entidades que nos han ayudado a sacarlo adelante”, contó Celaya.
El pamplonica transmitió también su agradecimiento a los vecinos de la zona y aseguró que no quieren invadir el espacio y ser los forasteros que vayan a hacer su proyecto allí. “Queremos integrarnos con su gente, su cultura...”, enfatizó.
Un sueño cumplido
El encuentro de “Los Pirineos frente al reto de la despoblación” sirvió para poner en valor la experiencia de aquellos que han cumplido sus objetivos empresariales a pesar de los desafíos. “Este proyecto lo hemos hecho entre mi mujer y yo, por eso para nosotros es muy especial. Al tocarnos en pandemia ha sido difícil ponerlo en marcha pero cuando quieres algo, hay que luchar hasta el final por ese sueño. Lo más importante es creer en tu proyecto”, determinó.
“El proyecto Mauka es un atractivo turístico que ayuda a conocer el entorno del valle”
Alba Izaskun nació hace 28 años en Garde (Valle de Roncal). Desde muy pequeña, la naturaleza ha sido su gran pasión y, por este motivo, estudió biología. Tras realizar varios viajes para estudiar a los animales salvajes, durante su estancia en Oahu (Hawai) se le ocurrió el proyecto Mauka (hacia la montaña) con el objetivo de intercambiar conocimiento y de educar sobre naturaleza porque su lema es “si conocemos conservamos, si conservamos vivimos”.
Alba expresó que el emprendimiento para ella ha sido “una obligación, pero una obligación buena”, añadiendo que le apasiona “enseñar lo que sé y contar cómo se vive en otros lugares del mundo”. En este sentido, señaló que tenía muy claro que quería quedarse en su pueblo natal porque tiene “todo lo que me hace feliz”. De hecho, resaltó que “ aquí puedo respirar aire puro, paz y tranquilidad, alejada de las multitudes”. Y añadió que “cuando viajas te das cuenta de lo que tienes en tu pueblo”.
Nuevos retos
Respecto al emprendimiento, Izaskun indicó que no ha encontrado dificultades a la hora de desarrollar su proyecto, sino todo lo contrario. “Desde Cederna me han apoyado y asesorado e incluso animado a seguir dedicándome a lo que más me gusta. Por eso, nunca he perdido el empeño de seguir adelante y de proponerme nuevos retos”. En este último año, ha iniciado los trámites para montar una quesería, acompañada de su pareja, ganadero de profesión. “Creo que esta iniciativa va a acercar los productos alimentarios de calidad que se producen en la zona. Es otro aspecto importante de la educación medioambiental, para conocer la naturaleza y tener respeto por ella”, apuntó.
En cuanto al turismo, la fundadora de Mauka Pirineos argumentó que las actividades que ofrece se han convertido en un “atractivo que atrae a la gente al valle y ayuda a conocer el entorno”. Es, por ello, que “los vecinos intentan colaborar en todo lo que puedan con los turistas y facilitarles la estancia”. Además, anotó que “los del pueblo están contentos de que una persona joven se quede a vivir aquí”.