En una decisión en apariencia salomónica, el Gobierno español convertirá en impuesto el gravamen temporal sobre la banca mientras que decaerá el tributo sobre las energéticas. Así se desprende al menos de las enmiendas registradas por el PSOE en la ley sobre el tipo mínimo de las multinacionales.
Según las mismas, el nuevo impuesto bancario seguirá gravando el margen de intereses y comisiones, aunque se permite una deducción del 25% en el impuesto de sociedades y una deducción extraordinaria en caso de que la rentabilidad de la entidad baje de un umbral.
El PSOE justifica en su enmienda el mantenimiento de un impuesto inicialmente planteado como un gravamen temporal en que la banca ha seguido aumentando su beneficio, pero establece una vigencia limitada de tres años desde 2024 ante la posibilidad de que futuras situaciones pongan en peligro la estabilidad financiera.
La respuesta no se hizo esperar, y las patronales bancarias AEB y CECA mostraron ayer su rechazo a la modificación del impuesto a la banca, avanzando que no descartan acudir a los tribunales al considerar que, en caso de aprobarse, subsistirán “algunos de los vicios de inconstitucionalidad” del gravamen que está actualmente en vigor.
Insisten en que este impuesto “merma” el crédito a familias y empresas, especialmente a las pymes, y recuerdan que, en un contexto de tensión geopolítica global, España, al igual que Europa, enfrenta “la necesidad de inversiones millonarias” y para ello la financiación bancaria “es imprescindible”.
Las asociaciones califican de “discriminatorio” el impuesto y afirman que “estigmatiza y perjudica” la competitividad de los bancos españoles. Añaden que es contrario a las recomendaciones de organismos internacionales como el FMI y el BCE y aseguran que España es el “único país” que ha creado un impuesto adicional de estas características sobre el margen bancario.
Al respecto también se pronunció el consejero delegado de BBVA, Onur Genç, que reclamó más diálogo con el Gobierno e hizo autocrítica por no haber logrado tumbar el gravamen, como sí ha pasado en el sector energético. “Tenemos lo que tenemos. Hemos fallado en comunicar apropiadamente lo que se puede hacer de forma diferente o cómo puede ser diferente el diseño [del impuesto]. Es un hecho que es malo para España. El diseño tiene muchas deficiencias, es anticompetitivo y discriminatorio”, dijo.
El consejero delegado de Sabadell, César González-Bueno, señaló que el sector bancario ha intentado negociar las nuevas condiciones para el impuesto al sector, pero admitió que los cauces “a lo mejor” no han sido plenamente eficaces.
Energéticas
Por otro lado, Sumar, ERC, Bildu, Podemos y BNG reclamaron ayer el mantenimiento del impuesto sobre las grandes energéticas, que previsiblemente decaerá a final de año por falta de apoyos parlamentarios para convertirlo en permanente, sobre todo por la oposición de Junts.
Las cinco formaciones incluyeron esta propuesta entre sus enmiendas a la ley que regula un tipo mínimo efectivo para las multinacionales, algo que no hizo el PSOE y que afearon ERC, EH Bildu y Podemos, que llegaron a amenazar con no apoyar la norma si no se rescata el impuesto energético.
Los gravámenes sobre la banca y las energéticas se crearon con carácter temporal, pero PSOE y Sumar pactaron convertirlos en impuestos permanentes, algo que parece que va a prosperar con el bancario tras el pacto alcanzado por PSOE y Junts pero no con el energético. Ello se debe a que la formación independentista se opone a aprobar un tributo que cree que va a penalizar las inversiones en Catalunya.
La portavoz de JxCat en el Congreso, Míriam Nogueras, desvinculó ayer las negociaciones del impuesto energético y a la banca de las posibles conversaciones con Moncloa de cara a los Presupuestos de 2025. “No se mezclan carpetas”, alegó. l
Medidas fiscales
Impuesto a la banca. El gravamen temporal sobre las entidades financieras se convierte en un impuesto que estará en vigor, en principio, durante tres años. El nuevo tributo gravará el margen de intereses y comisiones con tipos progresivos que irán del 1 al 6%, aunque permitirá una deducción del 25% en el impuesto de sociedades y otra extraordinaria si la rentabilidad de la entidad baja de un determinado umbral.
Impuesto para los vapeadores. El líquido para cigarrillos electrónicos que contenga menos de 15 miligramos de nicotina por mililitro de producto pagará 0,15 euros por mililitro y 0,20 euros si la cantidad de nicotina es mayor. Las bolsas de nicotina y otros productos de nicotina pagarán 0,10 euros por gramo. Además, los impuestos al tabaco subirán a partir del 1 de enero de 2025.
Impuesto de hidrocarburos. El impuesto de hidrocarburos que paga el gasóleo sube para equiparlo al de la gasolina. Cada litro de gasóleo pagará 0,47269 euros de impuesto de hidrocarburos, 9,4 céntimos más que ahora, salvo en casos excepcionales en que durante dos meses consecutivos el precio de venta supere los dos euros el litro (cuando será de 0,422).
Fiscalidad del ahorro. El tipo que grava el ahorro en el IRPF sube un punto, del 28 al 29%, para el tramo de estas rentas que supere los 300.000 euros.