La temporada de abono de la Banda Municipal de Música de Gasteiz vuelve a citarse mañana con el público del Principal, esta vez para ofrecer un concierto especial por diferentes motivos. Para empezar porque la actuación va a contar con dos invitados de excepción; el director Vicent Pelechano y el percusionista Javier Eguillor. Junto a ellos se ofrecerá el programa Hacia la frontera metafísica..., con composiciones de Philip Sparke y Alba Misó, entre otros.
Como ya se ha convertido en habitual a raíz de la situación sanitaria, el recital en el centenario edificio de la calle San Prudencio empezará a las 19.30 horas, quedando todavía algunas entradas disponibles. A partir de ahí, según describe Pelechano, el público podrá disfrutar de “una primera parte del concierto más extrovertida”, mientras que el último tramo tendrá un carácter “más íntimo”.
Siguiendo el particular título del programa, “vamos a mirar a lo que se ve y también a aquello que no pero que tenemos constancia de que está”. La primera “explosión” llegará con Concert Prelude, de Sparke, e Invocation and toccata, de James Barnes. La variedad de estilos será clave en este inicio, que se completará con Suite para batería solista y banda sinfónica, de David Mancini. Será aquí cuando Eguillor acapare todas las miradas. “Es una obra con mucha fuerza, en la que, en realidad, la Banda va a parecer una big band”, señala el instrumentista.
De ahí se pasará a la segunda parte del recital, que contará con Transformación anímica, de Alba Misó, y Saga Cándida, de Bert Appermont, la única composición de esta tarde que la Banda ya ha tocado en alguna ocasión anterior. Todo el resto son una novedad en las propuestas de la centenaria agrupación.
Aunque el concierto se viene preparando desde hace tiempo desde la distancia, desde el pasado domingo tanto Pelechano como Eguillor se encuentran en la capital alavesa para realizar los ensayos finales con la Banda. “El primer día fue más una toma de contacto, para tener una visión general de las obras a interpretar y de las personas que lo vamos a hacer posible”, explica el primero, director artístico y director musical de la Orquesta Sinfónica residente de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
Para él, la clave de estas jornadas de trabajo desde Musiketxea pasa por saber encontrar los equilibrios para que todo esté lo más medido posible de cara a lo que se vivirá este miércoles en el Principal. “La verdad es que hemos conectado de manera inmediata”, añade el baterista alicantino sobre estos días de ensamblaje, más allá de que él y el director ya han coincidido en ocasiones anteriores.