Postal sin igual, tarjeta de presentación, emblema de la ciudad...¿ De qué hablamos? De la barandilla de La Concha. Para los donostiarras es parte de su paisaje diario. Para las personas que visitan la ciudad, uno de los motivos más fotografiados.
El atractivo de este elemento es tal que en 2018 el Ayuntamiento de Donostia decidió sortear 225 tramos de barandilla entre personas empadronadas en la ciudad y mayores de edad, que tuvieron que abonar 145 euros para podérsela llevar a su casa o su jardín.
Pero no solo los donostiarras se quieren asomar a esta barandilla internacional, ya que algunos tramos han viajado mucho. En concreto uno, con cinco de esos grandes ojos que miraban a la bahía, está ya instalado en Taki, Japón, hasta donde se lo llevó el empresario Tetsua Tachibana.
Josema Azpeitia, encargado de deleitar a las personas que leen NOTICIAS DE GIPUZKOA con las páginas de Gastroleku cada viernes y que coordina la revista Ondojan.com, se halla de visita en Japón, con una delegación integrada, entre otros profesionales de la gastronomía, por Xabier Zabaleta y Pablo Loureiro, chefs de los restaurantes Aratz y Casa Urola, respectivamente. Al poco se unió a ellos Paul Arrillaga, del Zazpi STM.
Sin huecos en la agenda para aburrirse, entre experiencias culinarias y de otro tipo que están viviendo se han encontrado con un elemento muy próximo: la barandilla de La Concha.
Lo cuenta así Azpeitia: “El empresario Tetsua Tachibana, un enamorado de Donostia, su gastronomía y sus muchos placeres, tenía un sueño: plantar un trozo de barandilla de la Concha en Vison, la espectacular ciudad hotelera que ha construido en el centro de Japón, capital del Departamento de Mie”. Y así lo consiguió hacer.
Desde el pasado julio ese sueño es ya una realidad, y esta barandilla, que en vez de al mar Cantábrico mira a las montañas japonesas, luce en la entrada de San Sebastian Street, una populosa calle en mitad de Vison, en la que nada más entrar nos encontramos con las réplicas de los restaurantes Aratz, Casa Urola y Zazpi.
En el centro de Japón, en la prefectura de Mie, se erige un complejo singular de gran popularidad en el país. Y es allí, en un lugar rodeado de montañas, donde Dani López cuenta ya hace un tiempo con una reproducción de su restaurante Kokotxa, Rias by Kokotxa, que está en el complejo hotelero Mediterranean Village del empresario Yoshiji Hamada.
Dani López ya tiene compañeros de aventura en Vison, que en japonés significa “bello pueblo”, donde se puede pasear por San Sebastian Street.
De la mano de Azpeitia, los empresarios japoneses consiguieron establecer contacto con los cocineros donostiarras, gracias también a Itaru Isii, otro ciudadano de Japón que acostumbra a frecuentar los círculos gastronómicos de Donostia. Primero fue con Hamada y después con Tachibana que, gracias a la intermediación de Itaru y Azpeitia, se dio un paso más y se decidió que en el país nipón se pudiera pasear y disfrutar por la San Sebastian Street y degustar su oferta de bares de pintxos.
Pero para poder tomar buena nota de cómo va el tema, Tetsua Tachibana viajó en reiteradas ocasiones a Donostia. Conoció a los cocineros que estos días se encuentran en Vison, pero también se reunión con el alcalde de Donostia, Eneko Goia. Y ese fue el encuentro que propició la compra del tramo de barandilla que hoy en día sirve de apoyo a todas las personas que visitan el enorme centro de hostelería y ocio.
Como ha ocurrido con tantos otros proyectos e iniciativas, la de Tachibana tuvo un escollo que frenó su ritmo de ejecución y retrasó la fecha de inauguración, prevista inicialmente para 2020: la pandemia.
Cuando abrió sus puertas en 2021 lo tuvo que hacer sin el apoyo de los cocineros donostiarras, ya que estos no pudieron viajar Japón, país cerrado entonces a cal y canto.
Es pues esta una visita que homenajea a Donostia desde distintas vertientes, toca los elementos que forman parte de su paisaje y se acerca a sus embajadores gastronómicos. Y todo resulta más sencillo gracias a las labores de traducción de June Yamaguchi, japonesa afincada en Donostia, donde trabaja como guía.
"Toda una aventura"
Lo señalaba Josema Azpeitia desde Japón: “el proceso ha sido toda una aventura”. Porque hasta conseguir que la calle de los pintxos donostiarras fuera una realidad han sido necesarias muchas videoconferencias y reuniones en la distancia.
Aún así, la visita física de los cocineros era imprescindible para que pudieran asesorar en la puesta marcha de sus locales, que se llaman del mismo modo que en Donostia: Aratz, Casa Urola y Zazpi. Gracias al viaje ha sido posible “rectificar platos y sistemas” en cada instalación.
Y, además, los cocineros donostiarras han demostrado su acreditado buen hacer cocinando para sus anfitriones japoneses. De esta forma han podido compartir fogones con los equipos que liderarán sus casas en Taki, como por ejemplo Naoto, que es el jefe de cocina del Aratz japonés, que previamente había estado en la casa madre para conocer los secretos de la cocina de Xabier Zabaleta, estancia que se prolongó más de lo esperado a causa de la irrupción del covid.
Seiki, miembro del equipo de Casa Urola, y Minoru, que ha conseguido hacerse con las riendas del Zazpi japonés atendiendo a las instrucciones llegadas desde Donostia, han demostrado que cuando hay calidad esta traspasa fronteras.
Como todo no va a ser trabajar, los donostiarras también han tenido la oportunidad de degustar platos elaborados por profesionales nipones.
Un paseo obligado
Cada día, cientos y cientos de visitantes pasan por el puente que une las zonas de aparcamiento de este grandioso complejo y la calle donostiarra, y no han sido pocos los que se han fotografiado apoyados en la barandilla. Un precioso homenaje a una ciudad que siempre ha encantado al público nipón y que con esta iniciativa, sin duda, todavía va a atraer a muchos más japoneses.
Pero, de momento y desde el pasado 27 de octubre, una delegación guipuzcoana se encuentra en tierras japonesas preparando todo al detalle para que mañana se proceda a la inauguración oficial de San Sebastian Street.
Entre los invitados a este acto se halla el director general de Turismo de la Diputación Foral de Gipuzkoa, Iker Goiria. Aunque sus compromisos profesionales se lo impiden en este momento, el alcalde de Donostia, Eneko Goia, acudirá a futuro a Taki para conocer de primera mano el complejo hostelero y, más en concreto, esta calle-homenaje a Donostia.