Por primera vez, ha sido necesario ponerle nombre a una borrasca en agosto. Se llama Patricia y ha sido bautizada por los meteorólogos franceses. La tormenta que nos pilla de lleno ha provocado un bajón de temperaturas que se ha dejado sentir sobre todo en el norte peninsular, con un descenso de unos diez grados aproximadamente en relación a los días anteriores, registrándose un ambiente climatógico propio de mayo.
Los ciudadanos asisten al cambio de armario repentino por un fenómeno muy extraño a estas alturas del año. Ya que, tal y como ha señalado la propia Aemet, “es una borrasca inusualmente profunda para agosto”. Es decir, por su estructura no es algo que esperaríamos ver en los meses de verano del hemisferio norte. Se trata de una borrasca atlántica de manual. Algo que llega a Europa durante otoño e invierno. y que no sabemos qué hace ahora ahí, sobre las islas Británicas”.
La diferencia de presión atmosférica entre el anticiclón de Azores, en el Atlántico, y la influencia de la borrasca Patricia está generando la entrada de vientos del noroeste, provocando un descenso de temperaturas mayor en el norte peninsular. Las máximas han sido de solo 22 grados en ciudades como Vitoria-Gasteiz, Pamplona o Santander, mientras Bilbao arañaba algún grado extra. Esta vaguada de aire frío que atraviesa la península por la mitad norte también está dejando olas de gran envergadura, y por ello los barcos de la flota vasca permanecen amarrados en puerto por el temporal marítimo, según señaló ayer mismo el director de Pesca y Acuicultura del Gobierno vasco, Leandro Azkue. El Departamento vasco de Seguridad ha mantenido la alerta naranja por el riesgo para la navegación con olas de hasta cuatro metros de altura, y ha activado un nuevo aviso amarillo por lluvias de madrugada y hoy por la mañana.
Y es que las condiciones para navegar seguirán siendo complicadas hoy, con olas que oscilarán entre los 2 y los 3 metros de altura y en distintos momentos habrá marejada o fuerte marejada. El aviso amarillo se ha extendido a las lluvias, ya que se esperan precipitaciones intensas. No en vano, los vientos que entran del noroeste han provocado fenómenos costeros adversos también en Asturias, o en Cantabria.
Resfriados de verano
Este episodio momentáneo de bajas temperaturas apenas tiene impacto alguno sobre la salud, salvo los consabidos constipados por pillarnos desprevenidos el bajón de los termómetros. De hecho, el 20% de los resfriados se produce en verano, especialmente durante julio y agosto. Los cambios bruscos de temperatura al salir a la calle desde un espacio climatizado y el mal uso del aire acondicionado en casa o la oficina provocan la mayoría de estos catarros.
En este sentido, los expertos consideran que una situación de oscilación térmica de estas características “no genera ningún problema reseñable para la salud ya que se trata de moverse hacia temperaturas más saludables. El verdadero problema lo causa el calor extremo y las temperaturas muy elevadas que están teniendo una grave repercusión sobre la mortalidad”.
Sin embargo, este fresquito durará más bien poco y apenas supondrá un respiro ya que todo volverá a su cauce a lo largo del fin de semana.