De todas las brechas sociales de Navarra, la única que se percibe a simple vista mirando un mapa es la territorial, que se hace además cada vez más acusada. La Comarca de Pamplona y, en menor medida, el noroeste de la comunidad, no solo concentran los municipios con mayor renta media declarada. Estas mismas localidades son además las que más han mejorado en la última década, por lo que la diferencia con el sur de la Comunidad Foral no ha dejado de ampliarse.
Los datos de Hacienda Foral, que recopila desde 2008 las bases imponibles medias de todos los ciudadanos de Navarra, no dejan lugar a dudas. En términos generales, la renta media de la Comarca de Pamplona supera los 25.000 euros en la mayor parte de las localidades (Cizur, Iza, Aranguren y Eguës siguen siendo los municipios de cierto tamaño más ricos), mientras que en la Ribera de Navarra, con la excepción de Tudela y alguna otra localidad (Peralta), apenas se superan los 18.000 euros. Una diferencia de 7.000 euros anuales que, antes de la crisis de 2008, rondaba los 5.500 euros.
Y todo ello a pesar de que el sur de la comunidad, que crece en población y que, además, ha asumido una buena parte de la población inmigrante, salvó la pandemia con un balance de daños económicos inferior a la media. Su actividad económica principal, la industria agroalimentaria, trabajó a todo ritmo en 2020, sin apenas necesidad de recurrir a los ERTE. Sus rentas reflejaron así un mayor dinamismo que la media durante un ejercicio atípico.
La agroalimentación no basta: salarios bajos y estacionalidad
Este mismo modelo productivo, que consigue atar población y que se ha convertido en el mayor generador de empleo neto en los últimos años, explica en cierta medida las diferencias en los ingresos. Si en la Comarca de Pamplona se concentra el 90% de la industria del auto, las renovables y los servicios con mayor valor añadido, en el sur de la comunidad sigue mandando el sector primario y su industria asociada, una actividad manufacturera que, por término medio, paga un 40% menos que la media sectorial. Junto a ello, el envejecimiento poblacional de localidades pequeñas, donde buena parte de la población se encuentra jubilada, rebaja las bases imponibles medias que se declaran a Hacienda.
La pandemia, que castigó especialmente a las localidades con comercio fronterizo (Urdax y Luzaide registraron sensibles descensos medios en su renta declarada como consecuencias del cierre de las ventas) no ha variado así una tendencia de largo recorrido. La población, la riqueza y los salarios más elevados se concentran cada vez en mayor medida en la Comarca de Pamplona, cuyas perspectivas siguen siendo de crecimiento sostenido para los próximos años.
Junto a ello, el mapa muestra el éxito de algunos enclaves industriales. Lekunberri, donde la renta media ha subido en 5.800 euros desde 2008, es uno de ellos. Sigue creciendo en población y, además, no depende de una única empresa, como le sucede por ejemplo a Cáseda. La presencia de Viscofan explica los datos de esta localidad de la Baja Montaña, con un IRPF medio relativamente bajo (22.800 euros), pero muy superior al de localidades cercanas e incluso al de Sangüesa. En el norte de Navarra, el comportamiento es más desigual –Baztan, por ejemplo, acusa una demografía preocupante–, pero algunas localidades de Sakana, como Lakuntza, aprovechan la pujanza de su industria del metal. El valle de Esteribar, en buena medida gracias a Cinfa, es otro de los que más crece en renta media desde 2008.