El edificio de la Pescadería de la Bretxa ha iniciado su cuenta atrás para ponerse en marcha. El alcalde, Eneko Goia, en una vista a las obras, dijo este viernes que no se atreve a concretar una fecha para la puesta en marcha del renovado espacio, aunque dio por seguro que en la primera mitad de 2023 estará totalmente en marcha. Asimismo, mostró su satisfacción por la nueva personalidad que recuperará el mercado, situado a ras de calle, con entradas por las cuatro fachadas del edificio, un calle central, otra paralela para las pescaderías y una perpendicular. "A veces se toman decisiones equivocadas y para mí fue equivocado situar el mercado en el sótano en la reforma de 2002, por lo que con esta se corregirá aquel error", dijo Goia.
El mandatario señaló que el cambio de la Bretxa será "impresionante" y confesó que le hace una ilusión especial, no solo porque volverá a ser un espacio lleno de vida sino también por un motivo personal y emocional. "Mi bisabuelo era recaudador y tenía asignado este mercado", explicó.
Además del mercado de verduras, carnes, pescados y otros, el edificio de la Pescadería contará con el ambulatorio para la Parte Vieja y Centro, actualmente ubicado en la calle Esterlines. En el futuro centro de salud, con un patio propio, ya se aprecian las 16 consultas repartidas entre las plantas 0, 1 y 2. Las dependencias estarán listas en abril para entregar a Osakidetza, que deberá equiparlas.
La última planta se transformará en un espacio de pistas deportivas, con amplios ventanales y un lucernario que aportará luz natural a la instalación y ejercerá como "linterna" hacia el barrio, cuando haya grupos entrenando o celebrando partidos por las noches, según explicaron los arquitectos que guiaron la visita. La zona deportiva vendrá a paliar la carencia de estos espacios en la Parte Vieja y, más especialmente, para el alumnado de Orixe. Una grada para contemplar los partidos y zonas de vestuarios y duchas completarán esta parte de la infraestructura deportiva.
Las entradas al ambulatorio y a la zona deportiva se situarán en la calle Aldamar, al igual que una de las cuatro puertas de mercado, por lo que la citada vía urbana tendrá tres accesos al interior.
El coste de la reforma del complejo de la Bretxa, incluidas las obras de ambos edificios (7.000 metros cuadrados) y de la propia plaza, se eleva a unos 30 millones de euros, aunque la financiación se reparte entre todos los implicados en la obra.
La nueva Pescadería de la Bretxa contará también en su primera planta con el denominado proyecto Lurra, un espacio dedicado a los productores locales de alta calidad, en el que se podrán adquirir distintos alimentos y probarlos. El espacio, además, servirá para organizar presentaciones, catas y otro tipo de actos relacionados con la difusión de la gastronomía vasca.
Desde esta planta, con el hueco del patio en su interior, se podrá ver el mercado abajo. También la antigua vidriera del edificio, con la imagen del escudo de Donostia, que está siendo restaurada por la misma casa Mauméjean, que la creó.
La vidriera recuperará la franja de abajo que se eliminó cuando en la reforma de 2002 se colocó una pasarela hasta el edificio del antiguo mercado (Arkoak). Gracias a dibujos antiguos la obra artística tendrá el mismo aspecto que la original.
Otros cambios que han afectado al inmueble son la retirada de los pilares de la última planta, con el fin de lograr un espacio diáfano en el que instalar las pista deportivas. Los técnicos explicaron que esta fue una parte delicada de la obra. La sujeción de toda la última planta se asienta ahora en una estructura de cerchas metálicas.
Local de Esterlines
Una vez que el ambulatorio que se sitúa ahora en la calle Esterlines deje de ejercer su función, el Ayuntamiento podrá usar de nuevo el local, que es de su propiedad. Por el momento, Goia explicó que se baraja llevar oficinas de Donostiako Festak, de modo que se pueda liberar el espacio que ocupan actualmente en la Biblioteca de la plaza de la Constitución, que era el salón de Plenos de la vieja casa consistorial.