Hay un trabajo previo a la búsqueda de empleo cuando una mujer ha sido víctima de malos tratos. “Cuando llegan aquí no están para eso. Su situación suele ser extremadamente precaria, y es necesario trabajar esos otros aspectos que llamamos prelaborales”, explica Ángela Pino, técnica de Inserción socio-laboral de Cruz Roja en Gipuzkoa.
Esta mujer es “ese ángel” que le empezó a abrir “las puertas del cielo” a Diana Uranga, como señalaba esta donostiarra de 50 años superviviente de malos tratos que esta semana ha relatado a este periódico el infierno que ha vivido, y que va dejando atrás. “Hay víctimas que durante muchos años han mantenido una relación de pareja, que dejaron en su día su puesto de trabajo y que tras la separación tras un episodio tan traumático se quedan sin nada”, describe Pino.
El 20% de las 80 mujeres atendidas en lo que va de año en el programa Incorpora de Cruz Roja son mujeres víctimas de violencia de género. Volver al mercado laboral se antoja imprescindible para ir recuperando la autoestima. Para decir de nuevo “yo valgo”, como indicaba Uranga el lunes pasado.
El problema es que, en algunos casos, han podido transcurrir décadas desde que se perdió el contacto con el mercado laboral, con todo lo que ha cambiado en los últimos años, y con la mochila a cuestas que llevan estas mujeres sobre sus espaldas. “Si para todos es difícil encontrar un empleo, en estos casos lo es aún más”, confiesa Pino, que trabaja para promover la inserción laboral de estas personas en riesgo de exclusión, a través de este programa financiado por la Fundación La Caixa.
La primera entrevista
“Desde esa primera entrevista en la que hablamos de su bagaje laboral y de sus aspiraciones, tratamos de elaborar un itinerario personalizado hacia la búsqueda de empleo”. La técnica de Inserción socio-laboral señala que “la falta de autoestima es un rasgo común” entre muchas de las mujeres que acuden al servicio, algo que se trabaja en el taller de empoderamiento. “La mitad de las doce personas que han acudido este año eran víctimas de violencia de género. Encuentran aquí un espacio en el que se sienten libres de prejuicios, en el que se exponen sus diferentes problemáticas”, detalla Pino.
Nekane Otero es referente de Inserción Socio-laboral de Cruz Roja en Gipuzkoa. A su entender, “es muy importante que las personas se mantengan en el circuito de la búsqueda de empleo, que mantengan la motivación, porque es la desmotivación la que merma nuestras propias capacidades”.
Un total de 1.025 personas han sido atendidas en las oficinas de Beasain, Irun, Eibar y Donostia, en el marco del Plan de Empleo para colectivos vulnerables de Cruz Roja en el territorio. Entre ellos, inmigrantes, solicitantes de asilo o protección internacional, así como jóvenes que ni estudian ni trabajan.
Se articula con todos ellos una primera intervención, de "respuesta sencilla", en la que se imparten unas primeras nociones básicas. “Es importante que aprendan, por ejemplo, a formalizar trámites telemáticos con organismos públicos como Landibe o la Seguridad Social”, detalla Otero, quien destaca también la importancia de conocer las distintas plataformas de empleo. Cruz Roja ofrece a su vez un servicio multicanal, a través de Youtube, con distintos consejos y respuestas a las dudas en la búsqueda de un trabajo.
La referente de Inserción Socio-laboral de Cruz Roja explica que ofrecen un segundo nivel de respuesta. En este caso, orientada hacia aquellas personas que pueden asumir el compromiso de seguir un itinerario. “Es importante trabajar diferentes aspectos y competencias, como la flexibilidad y el manejo al cambio. Ofrecemos una formación, con prácticas que permiten insertarse en las plantillas”, explica.
En lo que va de año se han empleado 247 personas, el 24% del total atendido. De ellas, 165 son mujeres que han realizado cursos de auxiliar de comercio, limpieza, cocina o camarera de piso. “Hay también una importante demanda del servicio doméstico”, resalta Otero. Su compañera Pino juzga fundamental “el trabajo de sensibilización con las empresas” para que puedan conocer el actual mapa de necesidades.