La cábala de Pogacar

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El poder de intimidación y de influencia de Tadej Pogacar no solo alcanza a la competición. La jerarquía del esloveno es tal que influye extraordinariamente en los aledaños de las carreras. Después de lograr esa sensación de superioridad aplastante que aleja a sus rivales a explorar otros calendarios alternativos al suyo para no chocar más de lo imprescindible, el esloveno ha accedido a una categoría superior, la que el resto esté pendiente de él.

Conocedor del impacto que genera, Pogacar juega con el futuro a modo de un dios que lanza los dados tras agitarlos en el cubilete del destino. Eso se desprende de sus últimas palabras, que sirven para constatar su poder y su prevalencia. Juega el esloveno, pizpireto, con el calendario, que manosea para generar incertidumbre y con ello, atención, a su antojo.

En un ciclismo en el que cada esfuerzo está medido con el calibre de la exactitud y en el que factor sorpresa queda capado en la pretemporada, cuando se fijan los almanaques de la competición, llama la atención la pose adoptada por el campeón del Mundo.

El mejor ciclista de la actualidad ha introducido dos posibles variables para su enfoque del curso: estar en la París-Roubaix y en la Vuelta. Arrasó en su anunciado debut en el UAE Tour. En su programa hacia al Tour, entre marzo y abril, esperan la Strade Bianche, este sábado, y la disputa de la Milán-San Remo, la E3, la Gante-Wevelgem, el Tour de Flandes, la Amstel, la Flecha y la Lieja.

En junio está citado en el Dauphiné. Sin embargo, la primavera diseñada podría adquirir otros matices según las palabras del esloveno después de que palpara los adoquines de la París-Roubaix. Podría tachar alguna de sus citas.

Semanas después de que colgara en la redes sociales un entrenamiento sobre el recorrido de la París-Roubaix junto a Tim Wellens en el tramo adoquinado del bosque de Arenberg, el más icónico de la clásica, Pogacar dejó traslucir en una entrevista a RMC la idea de que no descarta participar en la carrera este mismo curso, algo que no entraba en los planes de la precampaña.

Entrenamiento en Arenberg

La decisión la tomará después de la disputa de la Milán-San Remo, uno de los Monumentos que le obsesiona y que desea poseer tras coleccionar cuatro ediciones de Il Lombardia, sumar dos Liejas y coronarse una vez en el Tour de Flandes.

“Siempre hay una posibilidad. Ya veremos. Dejémoslo como una sorpresa. Me encantan las carreras. Pensé que era demasiado difícil para mí, pero cuando hice el reconocimiento vi que podía. Si estoy en forma, tal vez podría intentarlo. Creo que la decisión se tomará después de Milán-San Remo (el 22 de marzo)”, estableció el esloveno, que está dispuesto a medirse a todo.

A Pogacar le entusiasman los retos y la París-Roubaix, una carrera diseñada para clasicómanos fuertes, potentes y poderosos, parece asomar en su hoja de ruta. Su fisionomía no responde a ese patrón, pero el ciclista esloveno es capaz de superar todos los límites atendiendo a los logros obtenidos desde que accediera al profesionalismo.

Su abrumador palmarés y su indudable dominio de la escena no le descartan, en absoluto, para estar entre los favoritos si finalmente se enrola en ese aventura.

“En el reconocimiento, me llamó la atención. Quizás en un futuro cercano, sí, hay muchas posibilidades de que la corra. No puedo decir si este año o el año que viene... ¿Este año? No puedo decir que no”, agregó el esloveno, que completó aquel entreno junto a Tim Wellens y bajo la supervisión de Fabio Baldato.

“Llegamos hasta el velódromo de Roubaix, pero estaba cerrado y no pudimos entrar. Tadej se divirtió mucho. Es un ciclista total, pero uno con sus características nunca lo había visto rodar tan fuerte sobre las piedras”, expuso Baldato.

Dudas sobre el calendario

“Hizo el reconocimiento con (Fabio) Baldato y Tim Wellens. Estaban en la zona y realizaron el reconocimiento de Arenberg. En el programa inicial de carreras de Tadej, no hay París-Roubaix este año. Simplemente hizo tres días para analizar el Tour de Flandes, Gante-Wevelgem y luego París-Roubaix", argumentó Josean Fernández, Matxin, sobre el ensayo de Pogacar en el ecosistema de la París-Roubaix.

"Estaba mirando los materiales, los neumáticos, la bicicleta y estaba rodando con ellos y analizando los momentos críticos de esas carreras. Tim correrá la París-Roubaix y Tadej fue con él. En este momento no hemos analizado Roubaix para su programa de carreras. No podemos hablar de eso. Quizás después de Flandes tenga buena confianza, pero todo depende de la situación, pero en este momento, no”, subrayó el mánager del UAE.

El esloveno no solo sopesa si estará en el Infierno del Norte, también maneja un argumentario similar para desvelar si participará en la Vuelta, la única grande que resta en su vitrina tras amasar tres Tours (2020, 2021 y 2024) y un Giro (2024).

Pogacar piensa desvelar la incógnita una vez finalice la Grande Boucle. Desde entonces hasta el final de campaña solo son seguras sus participaciones en Il Lombardia, su Monumento fetiche, y el Mundial, donde defenderá el arcoíris que le envuelve desde su gesta en Suiza. El campeón de las certezas alimenta las interrogantes. La cábala de Pogacar.