La calle Bosquecillo de Pamplona se abrirá este sábado para uso peatonal, después de ocho meses de obras, en los que se han modificado las canalizaciones de aguas pluviales, se han eliminado las aceras y las antiguas jardineras longitudinales a ambos lados de la calle y se ha instalado mobiliario urbano para unificar este espacio, puerta de entrada a la Taconera. La Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Pamplona, encabezada por el alcalde Enrique Maya, ha visitado hoy el nuevo diseño de la calle, de 170 metros de longitud y 11 de anchura, en el que se han invertido 1,1 millones de euros. La calle conecta para peatones y bicicletas el Casco Antiguo con los barrios de San Juan e Iturrama.
Las obras, que arrancaron el 1 de abril, han permitido modificar la red de saneamiento y la red eléctrica para reubicar la iluminación de la vía. Asimismo, se han eliminado las jardineras longitudinales para crear una plataforma única, sin aceras, de piedra calcarenita. Además, se han creado unos parterres que unifican la calle del Bosquecillo con el parque de la Taconera. El objetivo es trasladar una imagen similar a la que mantiene el pavimento del Casco Antiguo, sin elementos que dificulten la movilidad. De esta forma, se permeabilizan los recorridos tanto longitudinales, desde la calle Mayor a Navas de Tolosa, como transversales, del parque de la Taconera al Bosquecillo, tanto de peatonales como de ciclistas. El actual carril bici, que antes de las obras discurría por la acera, se ha modificado para adaptarse a la nueva urbanización apostando con la coexistencia peatonal y ciclista.
La calle luce nuevo mobiliario urbano, compuesto por siete bancos y cinco sillas, una fuente y media docena de papeleras a lo largo de la calle. Sí se han mantenido las once farolas que se encontraban previamente en la vía, de tipo ‘báculo de San Fermín’, pero se han reubicado en nuevos espacios para adaptarse al nuevo diseño de la calle. Las obras han permitido crear una gran zona de estancia ubicada frente al portal de San Nicolás, y se ha mejorado la confluencia tanto de la calle Navas de Tolosa, a un lado, y en una zona cercana a la acera de la avenida de Gipuzkoa, en el otro, con el parque de la Taconera y del Bosquecillo. Esta actuación, que persigue la creación de una ciudad más amable para la ciudadanía, se enmarca en la Estrategia Go Green, que aglutina todos los proyectos encaminados a la combatir el cambio climático.
Hallazgos arqueológicos
Durante las obras de excavación para reordenar las canalizaciones de pluviales y saneamiento, salieron a la luz más de medio centenar de enterramientos medievales, tanto adultos como infantiles, vinculadas al antiguo convento de San Francisco. Los restos datan de los siglos XIII y XVI, lo que coincide con las fechas de funcionamiento del convento, que estuvo abierto desde entre 1246 y 1521. Las excavaciones también permitieron hallar distintos tramos de muro, probablemente de los edificios que componían el convento.
En la zona exterior de esos muros también se aparecieron diferentes restos relacionados con actividades industriales, como la fundición de metales o la fabricación cerámica. Así, se halló un espacio dedicado a la fabricación de campanas, con moldes de adobe y restos de bronce, cenizas y carbones, todo ello de época medieval.