La campaña de la anchoa confirma el buen estado de la especie

Los buques vascos han capturado 6.528 toneladas de anchoa durante la campaña pasada, con un precio medio en lonja de 1,58 euros por kilo. Es decir, menos cantidad pero algo más cara que en 2021, y un 43 % se ha descargado en los puertos vascos, unos diez puntos más que el año pasado. El Gobierno Vasco, junto a las Cofradías de Gipuzkoa y Bizkaia, ha presentado estos datos y el estudio de Azti que confirma el buen estado de la especie en el Golfo de Bizkaia. Se estima que la biomasa de anchoa adulta es de 230.000 toneladas, muy por encima de los valores que garantizan la sostenibilidad de la especie, que se estima en 21.000 toneladas.

Entre los datos más destacados de la campaña científica Bioman que lidera el centro tecnológico Azti se encuentra el de que el 55 % de los ejemplares que componen la biomasa es de edad 1 (de un año), una cifra media alta que indica que la costera del año próximo puede tener resultados positivos. También se ha observado una tendencia al alza en el alimento de las anchoas. En los últimos 35 años el zooplancton y concretamente los copépodos, que son los pequeños crustáceos que componen el 70 % del zooplacton, ha venido incrementándose como consecuencia del cambio climático a razón de un 2,4 % por década. En el estudio, además del número de huevos presentes en el Cantábrico o el alimento, también se observa la presencia de posibles depredadores de la anchoa y otros factores como la contaminación, por ejemplo, por microplásticos.

Desde las cofradías prefieren esperar a que finalicen todas las campañas para hacer una valoración económica de este año marcado por el precio de los carburantes. De todas maneras, durante la presentación de los datos de la campaña de la anchoa han querido volver a pedir que la cuota que corresponde a toda la flota del Cantábrico se reparta por comunidades para poder autogestionarse mejor. Ante las quejas de las conserveras cántabras, que aseguran que las cuotas se agotan con anchoa de menor tamaño que no sirve para su trabajo, los pescadores vascos defienden que ejercen una pesca sostenible y en función de sus intereses económicos con las herramientas actuales.