El pasado viernes la azucarera de Miranda de Ebro (Burgos) cerró la campaña de recogida de remolacha, que comenzó el 2 de noviembre, campaña que tuvo que interrumpirse solo un mes después, el 3 de diciembre, debido a las intensas lluvias caídas durante varias semanas.
No fue hasta el 4 de enero cuando pudo volver a abrir sus puertas, tras garantizarse el arranque de la raíz, lo que permitió, a su vez, ganar riqueza a la remolacha que se encontraba en la tierra. Y así, después de 48 días de actividad, el viernes terminó la recepción de remolacha con la entrada de los últimos camiones que ha arrojado un balance de rendimiento medio de cosecha de 100 toneladas de remolacha tipo por hectárea.