La candidatura encabezada por Guasp y Vázquez, apoyada por Arrimadas, gana las primarias de Cs con el 53 por ciento de los votos

“Ni Inés Arrimadas ni Edmundo Bal pueden sacar a Ciudadanos del agujero tan profundo en que se encuentra. Gane quien gane no habrá diferencia entre el C’s de ahora y el de hace diez meses. El partido tendría que haber desaparecido del panorama político en junio para resurgir como partido liberal, europeísta y de gobierno”. Fueron las palabras de la portavoz naranja en Les Corts Valencianes, Ruth Merino, tras anunciar que dimitía del cargo y renunciaba a su acta de diputada, solo horas antes de que Arrimadas confirmara los pronósticos y su plancha continuista, encabezada por Patricia Guasp y Adrián Vázquez, se hiciera con el liderazgo frente a la de Bal en una primarias que solo han servido para ahondar en una batalla sin cuartel y no en la refundación.

La plancha de Arrimadas, que ha centrado su mensaje en combatir al sanchismo y permanecer aferrados a sus alianzas con la derecha, obtuvo el 53,25% de los votos, mientras que la del vicesecretario general, con una visión más aperturista, se quedó en el 39,34. En la votación participó el 49,65% de los 7.600 afiliados llamados a las urnas. Un 7,41% se decantó por la tercera opción en liza, abanderada por el afiliado de base Marcos Morales. La candidatura ganadora se erige en el nuevo Comité Ejecutivo de la formación naranja y tomará posesión durante la celebración de la VI Asamblea General que se celebrará este fin de semana y que significará la culminación del proceso de refundación puesto en marcha para reflotar el partido tras la sucesión de debacles electorales. Algo que no parece factible a tenor de valoraciones de dirigentes que han ocupado puestos de responsabilidad. De hecho, el exlíder de C’s en Andalucía, Juan Marín, corroboró este desmembramiento al asegurar que asiste con “mucha tristeza” a la división en el seno de la marca “por el sillón”, algo que a su juicio podría abocar dejando el partido en una situación “prácticamente insostenible”.

Después de una campaña repleta de momentos de crispación y acusaciones cruzadas -Guasp acusó a Bal de no tener palabra y éste habló de ella como de un “títere” en manos de Arrimadas-, resultan vencedores los partidarios de la lista con mayor peso específico, en la que también se integraron la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, y el líder de Ciudadanos en Catalunya, Carlos Carrizosa. Aunque ambas candidaturas prometieron integrar a la rival en el agónico congreso de refundación, habrá que ver cómo quedan repartidas las fuerzas en la nueva Ejecutiva y en el grupo parlamentario del Congreso, donde la mayoría de los diputados, excepto el malagueño Guillermo Díaz, se inclinaron por Bal. Es más, éste podría ser aupado como nuevo portavoz adjunto por su fidelidad a la líder, que seguirá ejerciendo como presidenta de C’s en el Congreso siempre y cuando no se produzca otro motín a bordo.

Plegados al PP

La plancha ganadora es la partidaria de las tesis que tradicionalmente han defendido el acercamiento al PP y una beligerancia más acusada frente al Gobierno de Sánchez, posiciones singularmente alineadas con la gestión de Villacís en el Ayuntamiento de Madrid. Curiosamente, ayer mismo, la vicealcaldesa empezó a seguir en redes sociales al PP de la comunidad madrileña minutos antes de conocerse los resultados de las primarias. Y no parece una casualidad.