Un total de 135.000 personas han acudido a la basílica de San Pedro del Vaticano, en los dos días que por ahora lleva abierta, para dar su último adiós al Papa emérito Benedicto XVI, fallecido el pasado 31 de diciembre de 2022.
En concreto, 65.000 personas velaron al pontífice emérito este lunes, cuando se expuso el cuerpo en la basílica, y otras 70.000 lo han hecho este martes, según ha informado la Gendarmería del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Los restos mortales de Benedicto XVI fueron trasladados este lunes desde la capilla privada del monasterio Mater Ecclesiae hasta la basílica de San Pedro.
El difunto papa emérito descansa sobre un catafalco, cubierto por una tela de terciopelo rojo y sostenido por dos almohadillas, con una casulla roja, y lleva en la cabeza una mitra blanca adornada. Además, sostiene un rosario entrelazado en sus manos.
A diferencia de sus predecesores, no lleva el palio papal, la cinta de lana con cruces que se coloca sobre los hombros y que simboliza la potestad de gobierno en una determinada jurisdicción. De hecho, será enterrado sin vestir el palio, que se colocará en el ataúd como se hace para los obispos eméritos.
El cuerpo de Benedicto XVI está situado justo delante del monumental baldaquino, obra del italiano Gian Lorenzo Bernini, en la zona central de la basílica de San Pedro. Está flanqueado por dos guardias suizos y rodeado por unas vallas de protección que lo separan de las personas que han querido venerarlo en estos momentos.
Este martes ha sido el segundo día en el que los fieles llegados de todas partes del mundo a Roma han podido rendir homenaje y rezar ante los restos mortales del Papa emérito. La capilla ardiente permanecerá abierta hasta este miércoles y el jueves se celebrará el funeral en la Plaza de San Pedro, presidido por el Papa Francisco.
Para las exequias, que presidirá el papa Francisco el próximo jueves en la plaza de San Pedro, se espera la presencia de hasta 60.000 personas, según las mismas fuentes.
Entre los visitantes que se acercaron a la capilla ardiente para dar su último adiós a Joseph Ratzinger se puedo ver al primer ministro de Hungría, Viktor Orban, acompañado de su esposa.
Antes de sentarse en la zona habilitada para las autoridades, Orban y su esposa permanecieron de pie algunos minutos delante del féretro, situado sobre un catafalco de tela dorada a los pies del Altar de la Confesión y del baldaquino de Bernini, sobre el lugar en el que según la tradición fue sepultado San Pedro.
Las puertas de la basílica han permanecido abiertas hasta las 19.00 horas (18.00 GMT), horario que se mantendrá mañana miércoles, último día en que la capilla ardiente estará abierta al público.
El jueves a las 9.30 (8.30 GMT) Francisco, el sucesor de Benedicto XVI, presidirá el funeral en la plaza de San Pedro, ante la presencia de fieles y delegaciones oficiales de Italia y del país natal de Ratzinger, Alemania. Otras autoridades podrán asistir a título personal.
No será un funeral de Estado, al no tratarse de un pontífice "reinante", aunque contará con delegaciones oficiales de Italia y del país natal de Ratzinger, Alemania; podrán asistir otras autoridades pero deberán hacerlo a título personal.
Por el momento han confirmado su presencia la reina emérita de España, Sofía, y el ministro español de la Presidencia, Félix Bolaños, así como también el presidente polaco Andrzej Duda, el presidente de Portugal Marcelo Rebelo de Sousa y el rey Felipe de Bélgica.
Después, el cuerpo de Benedicto XVI será enterrado en la cripta de la basílica de San Pedro, donde reposan muchos otros pontífices en la milenaria historia de la Iglesia católica.