“Un tramo foral que ha sido un pequeño quebradero de cabeza para la Diputación en los últimos años”. Así se refirió ayer lunes el diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial, Imanol Pradales, a la carretera BI-735 en el entorno del Makro, en Asua. Con vistas a hacer desaparecer –o al menos, minimizar– esas inquietudes provocadas por las inundaciones, ya está definido el proyecto de intervención, que consistirá en elevar un metro la altura de la rasante; y los plazos de ejecución: las obras empezarán tras el verano y durarán unos siete meses y medio.
Esas preocupaciones vienen derivadas de las balsas de agua que se forman, sobre todo, cuando confluyen un periodo intenso de lluvias y pleamares, y que obligan a cortar el vial; pero también de las dificultades técnicas para buscar una respuesta adecuada. “Hemos estudiado varias opciones... Dadas las condiciones de drenaje de la zona, la opción de aumentar la capacidad hidráulica de los cauces se descartó por su escasa efectividad, por lo que la solución buena es elevar la rasante un metro en un tramo de unos 500 metros de longitud”, apuntó Pradales. “Se acumulan espesores de agua de en torno a 30 centímetros y con la afección de las mareas en este punto, incrementar la capacidad fluvial no conseguiría eliminar el problema”, constató el subdirector de Gestión de la Red Viaria de la Diputación, Felipe Cobo. Es por ello que se colocarán una serie de rellenos en el firme, sin afectar al arroyo que discurre en paralelo, para ganar un metro de altura en la mayoría del tramo –en algunos sitios se subirá 1,40– y situar la carretera al mismo nivel que el aparcamiento del Makro. Pero también se procederá a eliminar el carril de desvío al centro comercial y habilitar una rotonda justo donde ahora está la intersección en T. Este planteamiento resuelve todos los movimientos de acceso al Makro y evita los actuales cruces en los giros a izquierdas. Toda la operación supondrá una inversión de 1,8 millones de euros.
La previsión es acometer los trabajos “por fases para no entorpecer las entradas y salidas de las industrias y de Makro”, admitió Pradales. Y es que es un lugar en el que “pueden estar entrando en hora punta del orden de 300 vehículos”, desveló el diputado de Infraestructuras y Desarrollo Territorial. De ahí que enfatizara: “Nos parecía muy relevante mantener el tráfico”. Con desvíos provisionales, se conseguirá.
Buena acogida en Erandio
La alcaldesa de Erandio, Aitziber Oliban, también reconoció la angustia que esta carretera genera en el Ayuntamiento. “Siempre tenemos que tener a los servicios de Emergencias alerta y supone un gran inconveniente para todo el entorno industrial; cada vez que se inunda este tramo, se produce un caos circulatorio y la gente intenta seguir el trayecto para coger Rontegi o la carretera de la ría por rutas alternativas como Erandiogoikoa o carreteras vecinales estrechas”, señaló. La primera edil también valoró la colaboración de la Diputación. “La finalización de la obra de Kukularra, por ejemplo, ha supuesto mucha agilidad en la entrada a Astrabudua y ha mejorado también la conexión de Fano y Enekuri con el resto de los barrios”, destacó.