Conducir mientras escuchamos la radio o nuestras canciones o intérpretes preferidos en los múltiples dispositivos tecnológicos de los que está dotados los coches actuales es algo muy habitual tanto en los recorridos urbanos como en los viajes de media y larga distancia.
Pero la última gran novedad para escuchar música al volante de la forma más original es a través de unas especiales bandas de rodadura en una carretera de Hungría, donde los conductores podrán oír unos 30 segundos de una canción siempre y cuando circulen sin superar la velocidad máxima permitida, por lo que se ha demostrado como un método original y curioso para que los conductores no corran.
El tramo está compuesto de vibradores colocados de tal forma para que se reproduzca cuando los neumáticos pasan sobre ellos la canción A 67-es Út, compuesta por el conjunto magiar Republic. Además de estos vibradores, el propio asfalto tiene varias notas musicales pintadas en el suelo para anunciar a los conductores el comienzo del musical trayecto.
Los vídeos sobre este tramo tan musical se ha hecho viral en Twitter y YouTube, con unos diez millones millones de visitas, y ha generado muchos comentarios. Muchas personas no dudan en señalar que podría ser una efectiva forma de reducir la velocidad en las carreteras, ya que para escuchar la melodía es imprescindible no sobrepasar el límite legal establecido en la carretera. También son muchas las que apuestan por importar a España esta original iniciativa.
Esta soprendente musicalidad en carretera ya se había puesto en marcha también en otros países. En Jelsum, Países Bajos, también se instalaron hace años unas bandas rugosas en los laterales de la carretera para que al pasar los coches a una velocidad concreta sonara una melodía que amenizara el trayecto de los conductores. Pero los habitantes de la localidad denunciaron este método ya que llegaba a ser molesto el reiterado soniquete de la canción durante todo el día. Tan intensa y razonada fue su propuesta que incluso lograron que las autoridades instaran a desmantelar esas bandas.
Los impulsores de esta iniciativa perseguían tres objetivos: alegrar a los conductores, reducir la velocidad en ese tramo mientras escuchaban la sintonía, y hacer patria, ya que la canción era el himno de la región holandesa de Friesland.
La canción se reproducía al pasar los coches a una velocidad de 60 kilómetros por hora por esa zona y aunque un conductor podía percibirlo de forma armónica, el efecto para los viandantes lugareños no era tan agradable ya que la sucesión de coches acababa generando una superposición de sonidos ininteligibles y ciertamente molestos.
La utilización de este tipo de bandas de rodadura en las carreteras y autopistas españolas y europeas es muy común en las líneas continuas de los márgenes para avisar a los conductores de que están demasiado cerca de los límites laterales y también para alertarles en caso de despiste o somnolencia para recuperar la trazada correcta. Pero de ahí a satisfacer los gustos musicales de los conductores o las autoridades que las instalan va un trecho muy grande.