Si algo sobresale en el maremágnum de obras de urbanización que se están efectuando en la punta sur de Zorrotzaurre en Bilbao es la conocida entre los más veteranos del barrio como La Casa de la Palmera.
Es el último inmueble que se yergue impávido, vacío y muy deteriorado en un escenario de movimiento de excavadoras, canalizaciones y obreros. Un edificio más que centenario, propiedad de cuatro miembros de la familia Etxebarria, que estaban esperando una oferta para su compra por parte de alguna promotora, que no llega, mientras el edificio se deteriora a ojos vista.
Pasto de varios incendios, espacio utilizado por okupas, su tejado está parcialmente hundido e incluso es posible que su estructura se haya visto afectada por las obras de cimentación del nuevo bloque de viviendas que se va a levantar en el solar contiguo por parte de la promotora Neinor. Y no hay que olvidar que, en breve, otra empresa, Biurban, comenzará a construir un segundo bloque residencial en la otra parcela contigua a La Casa de la Palmera. Su situación no es nada halagüeña.
Tanto es así que, según indica el gerente de la Junta de Concertación de Zorrotzaurre, Juan Carlos Sinde, el Ayuntamiento ha decidido sacar el bloque de la ordenación urbanística del Plan Especial de Zorrotzaurre en el que hasta ahora se protegía su mantenimiento como uno de los edificios antiguos que se podía salvar de la piqueta.
Una modificación, que será aprobada en breve según las estimaciones municipales, y que implicará en último término que se pueda derribar el edificio, por otra parte, algo a lo que está abocado debido al deterioro que acumula.
De hecho, el Ayuntamiento ha enviado a los propietarios del bloque varias requisitorias este año para que reparen el inmueble, algo que hasta ahora no han podido atender.
Con la modificación aprobada se da vía libre al derribo de la peculiar casa de tres alturas más camarote bajo cubierta, una demolición que podrá llevar a cabo la propiedad o el propio Ayuntamiento de forma subsidiaria si comprueba que existe riesgo de ruina en el edificio.
Para facilitar la venta del solar una vez retirado el inmueble, en su modificación el Ayuntamiento estudia que la planta bajo el tejado coja más altura que la actual y pueda ser utilizada como vivienda, igual que los pisos inferiores. También se incluye que el nuevo bloque tenga su acceso inferior desde la nueva altura conseguida con la urbanización de las calles colindantes.
EL APUNTE
A la venta por 1,65 millones. El edificio sigue en el mercado inmobiliario expuesto en varios portales especializados y en agencias inmobiliarias por un precio de 1,65 millones de euros.
En zona residencial. Lo promocionan como “edificio ideal para un hotel, residencia de estudiantes o alquiler”, y concretan que “necesita una reforma integral”, aunque “la propiedad no deberá asumir coste alguno por obras en su entorno”, como “las zonas verdes, Iluminación o accesos”.