La certeza de Nys

Con los rescoldos de la fatiga del Tour aún a cuestas, Jonas Vingegaard, segundo en Niza tras el cometa Pogacar, miraba de oeste a este en el final con mentón elevado de la primera jornada del Tour de Polonia. Buscaba con la mirada el danés a sus colegas.

Un punto nervioso Vingegaard, como si se sintiera huérfano tras la tunda de la Grande Boucle, que desnudó su fragilidad. En realidad, su segundo puesto en la carrera más importante del mundo, resaltó su credo y fortaleza tras la durísima caída de la Itzulia.

Extenuado a la conclusión del Tour, descontada su reincorporación a la competición en la Clásica de Donostia, Vingegaard se alistó al Tour de Polonia, una prueba que le sienta bien. Es reconfortante porque fue en la cita polaca donde abrió su palmarés profesional. Fue un 8 de agosto de 2019.

El regreso evidenció al danés un punto melancólico y pesaroso cuando se trataba de danzar en el salón de baile de la victoria. Wilco Kelderman, uno de sus fieles, fue el que más se acercó después de recibir la bendición de Vingegaard.

Al neerlandés, sin embargo, se lo tragaron las dudas, primero en sus devaneos con Jan Christen, un agitador, que trató de enredar. Kelderman se pegaba a sus ráfagas, mientras el danés trataba de encontrar el equilibrio entre el anhelo y sus fuerzas.

Nys no perdona

En ese ecosistema repleto de dudas, con el ajedrez veloz de Kelderman y Christen, se enfatizó el turbulento Thibau Nys, incontenible. Hombre tallado en la alfarería del ciclocross, Nys, se rebeló con enorme contundencia. El belga no perdona y raramente rumia sobre lo que puede hacer. Lo suyo es la acción, el respingo, el muelle que percute, la bala que busca la diana.

En una llegada con el porcentaje suficiente para descoyuntar el grupo, Nys no miró hacia atrás cuando se activó. Arrancó con enorme convencimiento y sumó la séptima victoria del curso tras su debut en la carretera el 23 de abril. Antes, sus piernas revoloteaban en el ciclocross, el territorio de la familia Nys. Su padre, Sven, fue un gran campeón de la modalidad invernal.

Thibau disfruta en el barro, el frío y la lluvia que enfanga el ciclocross, pero también chapotea de felicidad sobre el asfalto. En solo 27 días de competición ha celebrado siete victorias. Las cifras impulsan al belga, que en Karpacz, en una ascensión de 3,3 kilómetros al 6,5 % de desnivel, evidenció su estatus en llegadas que requieren potencia y arrojo.

Nys deshojó a Kelderman, el alfil de Vingegaard, para vestir de líder. El danés finalizó en cuarta posición, a media docena de segundos, tratando de alejarse de las dudas. La certeza fue Nys.