La coalición de Gobierno israelí intenta acelerar su final e inició los trámites para que este miércoles se vote la disolución de la legislatura, mientras la oposición liderada por Benjamín Netanyahu busca a contrarreloj conformar un Ejecutivo alternativo en el actual parlamento que evite otra convocatoria electoral.
El plan para votar el proyecto de ley que acabaría con la actual legislatura, que se debe realizar en un pleno parlamentario, "recibió permiso del comité y mañana estará en la agenda", dijo a Efe un portavoz de la Cámara israelí (Knéset). Sin embargo, matizó que debido a los procedimientos de trámite y posibles disputas con diputados que puedan entorpecerlo, el voto se podría retrasar "y realizarse finalmente la semana que viene", probablemente el lunes.
Los preparativos para la ley de disolución del parlamento implican cuatro votaciones en el pleno y dos revisiones de comités, un proceso complejo que el bloque opositor de Netanyahu podría torpedear para ganar el tiempo que necesitan para lograr una mayoría mínima de 61 escaños para formar un Gobierno alternativo antes de agotar la legislatura, según analistas.
Después de que el "gobierno del cambio" se formara hace un año, el actual primer ministro, Naftali Benet, y su principal socio, el titular de Exteriores, Yair Lapid, anunciaron el lunes que daban por acabada la coalición tras perder su mayoría parlamentaria en abril, verse acechado por la deserción de varios diputados y afectado por constantes disputas internas.
Para poner fin a la parálisis política, Benet y Lapid acordaron el lunes la disolución de la Knéset cuanto antes, lo que marcará la convocatoria automática de elecciones, que previsiblemente tendrán lugar en octubre por los tiempos parlamentarios.
Tras esto, Lapid asumirá el cargo de primer ministro del Gobierno en funciones hasta la formación de un nuevo Ejecutivo que salga de esos comicios, los quintos en tres años y medio. El Estado judío se ha visto inmerso en una insólita inestabilidad política los últimos años por la falta de mayorías claras y la prolongada polarización.
De hecho, según los últimos sondeos, este escenario se podría repetir en las próximas elecciones, lo que aboca de nuevo a Israel a un escenario político incierto y a otra peligrosa rueda electoral.