A veces los tópicos nos dominan y asociamos las visitas a La Rioja con los viñedos y la llanada agrícola del Ebro más cercana a Araba y Navarra. Por ello nos olvidamos de ese sur serrano que la comunidad riojana ofrece antes de llegar a Burgos y Soria. En plena sierra de la Demanda, uno de los ríos que desde ella bajan desde su lado más occidental es el Najerilla. En su cuenca alta se encuentra la comarca histórica de 7 Villas, incrustada en un paisaje montañoso, que históricamente ha sido terreno fronterizo y próximo a la estación de esquí de Valdezcaray.
Alrededor del pantano de Mansilla se agrupan siete pueblos que van descendiendo por las laderas de la sierra hacia Logroño. Son Canales de la Sierrra, Villavelayo y Mansilla de la Sierra, a lo largo de la orilla del Majerilla, y Viniegra de Arriba, Viniegra de Abajo, Ventrosa y Brieva de Cameros alejado de él pero dentro de su cuenca.
Por el Najerilla
Siguiendo el cauce del Najerilla rio abajo, la ruta parte de Canales de la Sierra, que es por el río y varios puentes unen los distintos barrios. En su austeridad de pueblo de montaña, las casas blasonadas y los edificios de piedra dan memoria de un pasado hidalgo. Pero su historia se remonta a varios siglos, a la llegada de los romanos y la fundación de la ciudad de Segeda, cuyos restos se pueden visitar.
Entre sus edificios se encuentra el Palacio Condestable y las dos iglesias, la románica de San Cristóbal y la parroquial de Santa María. A ellos se une el Teatro, una corrala de madera cuya torre luce un reloj con papamoscas. Para los que quieran caminar, la ermita de La Soledad se alza a 8 km del pueblo
De nuevo en camino se llega a Villavelayo, en cuyo casco urbano recibe se unen el Najerilla y el Neila. Muy próximo a este punto se encuentra la Plaza Mayor, el corazón social de la localidad. En plena Sierra de la Demanda, con los picos de Urbión a un paso y el San Lorenzo igual de próximo, es un centro para amantes de las actividades al aire libre.
El recorrido por el pueblo no debe dejar de lado la iglesia de Santa María de la Asunción, que conjuga el románico y el mozárabe. Lo dicho, es tierra de frontera y encuentro.
Cuando ya remansan las aguas del Najerilla en la cola del embalse de Mansilla, si su nivel baja se pueden ver los restos de la Mansilla de la Sierra original, que en 1959 quedó abandonada y sumergida. De esta desaparecida población solo queda la ermita de Santa Catalina. Excavaciones arqueológicas han descubierto que formaba parte de una iglesia románica.
La actual Mansilla destaca entre los otros pueblos por sus blancos edificios modernos. Se beneficia del pantano que anegó a su predecesora, ya que son las actividades acuáticas, como el remo, la natación o la pesca la que atraen a muchos aficionados.
Casi en la cabecera del pantano, en su orilla derecha se encontraba la Casa de Islas, de al que apenas se pueden ver unos restos, y en la que se celebraban las reuniones de los alcaldes de las villas de esta comarca,eran de carácter público y trataban temas relacionados con la ganadería.
Más allá de la cuenca
Sobrepasado el embalse, comienza la segunda parte de la ruta, la que se aleja del Najerilla. El primero de los pueblos es Viniegra de Abajo. En esta localidad muestra un destacable contraste entre las numerosas casas palaciegas de indianos y las construcciones de mampostería de los ganaderos.
El pueblo se estructura a lo largo de la vega del Urbión y de su patrimonio artístico destaca la iglesia parroquial de la Asunción, un sólido edificio de piedra rojiza, así como las ermitas de la Soledad, de San Millán y de Santiago. Rodeada de pinares y choperas, estos bosques y montes cuentan con una gran riqueza setera.
Remontando primero el Urbión y después el Ormazal se encuentra Viniegra de Arriba, uno de los últimos pueblos riojanos con la ganadería trashumante. También es uno de los que mejor conserva su arquitectura popular, sus calles empedradas. La iglesia parroquial de la Asunción, la ermita de la Magdalena, San Vicente y el lavadero con su fuente de tres caños, concentran la riqueza patrimonial.
Desandando lo recorrido, y buscando de nuevo el Najerilla se encuentra Ventrosa, encajada en uno de los más escarpados terrenos de la comarca. De carácter eminentemente ganadero, el turismo rural lo está dotando de una nueva vitalidad. Quienes se queden en el pueblo, resintiendo la llamada de las cumbres, pueden tomarse un tiempo para visitar la iglesia de San Pedro y San Pablo, del siglo XVIII, o la ermita del Cristo. Entre su arquitectura civil destacan algunos edificios de los siglos XVII y XVIII.
De nuevo en el curso de Najerilla que vertebra la comarca, se busca el río Brieva, para llegar al último hito de esta ruta, Brieva de Cameros. Ofrece las esencias del pueblo de montaña tradicional, donde la piedra, el agua y sus huertos familiares son los protagonistas. Destacan la iglesia de San Miguel, y la iglesia de Santa María en el barrio de Barruso, en el que también se pueden visitar el palacete y los jardines de los Felguera, el Ayuntamiento, la antigua fragua, el lavadero, el rancho de esquileo, el chozo pastoril, el crucero con el rollo y la ermita de la Soledad.
Brieva forma parte del trazado de la Cañada Real de las 7 Villas y de la Cañada Real Galiana y está atravesada por el GR-93 (Sierras de La Rioja) en su variante de alta montaña y enlaza con el GR-86 (Sendero Ibérico Soriano), lo que laconvierte en centro neurálgico del senderismo