“La duda ofende”, respondió ayer la concejala de Cultura, Merche Añón, al preguntarle si mantenía la confianza en la directora gerente de la EPEL Tudela Cultura. Pese a las informaciones publicadas sobre la presunta “mala actitud” y “conflictividad” de Amaya Pérez, que habrían supuesto la clausura del festival Avant Garde y su sustitución por Futura Tudela, Añón reiteró su confianza en Pérez y negó que fuera a tomar ninguna decisión política, como le exige la oposición.
Además, explicó que “nosotros solo dijimos que no habíamos tenido ningún problema con una persona en concreto” y no quiso entrar a valorar las declaraciones del comisario y creador de Avant Garde, Jorge Rodríguez-Gerada, que acusó a Amaya de crear un clima en el que “era imposible trabajar”. Eso sí, Añón aprovechó para reivindicar “su trabajo” para que el Festival Internacional de Arte Urbano “pudiera realizarse”.
Con esta, son varias las veces en las que Añón ha tenido que salir a defender a Pérez, sobre la que sobrevuela la sombra de “un clima laboral tóxico” desde que fuera acusada por los seis sindicatos presentes en el Ayuntamiento.