Desde marzo de este año, Artelan es una de las dos empresas que trabajan en el edificio de coworking abierto mediante la colaboración del Gobierno de Navarra, Nasuvinsa y la Junta del Valle de Aezkoa en la antigua patatera de la localidad aezkoarra.
En Aribe, Artelan dispone de una oficina en la que trabajan Oihana Lorea, trabajadora social y fundadora de la empresa y Unai Irigarai, recién incorporado tras realizar sus prácticas del grado en Sociología. “La buena conexión a internet y el coworking es lo que nos permite vivir y trabajar en el valle”, sintetiza Lorea, que cambió y un coworking en Pamplona por otro nuevo espacio de trabajo en su valle, gracias a la mejora en la conectividad y tener disponible un espacio de trabajo como este.
Artelan fue, junto a la quiromasajista Edurne Bidondo, las dos empresas que aguardaban a que abriera el coworking. Por este espacio de oficina, baño compartido y resto de zonas comunes, Artelan paga una cantidad de 60 euros al mes a la empresa pública Nasuvinsa que incluye los gastos de luz, calefacción y conexión a internet. A cambio, la empresa ha tenido que amueblar su espacio de trabajo. Una inversión que “ha rondado los 1.000 euros”, sostiene Lorea.
Como consultoría de participación ciudadana e investigación social, para Artelan es vital disponer de una conexión a internet de calidad. En los ocho meses que llevan instalados en Aribe, Lorea sostiene que no han experimentado ningún problema. “El funcionamiento es perfecto. En todo este tiempo no hemos tenido ningún problema. Sin esta conexión yo no podría haberme venido a vivir aquí, porque por ejemplo, en mi nueva casa en Garralda no tengo cobertura móvil”, explica Lorea.
En crecimiento
Desde que surgió la oportunidad de tener una persona trabajando conmigo vi que era el momento de movernos a una oficina”, explica Oihana Lorea. Por eso, la apertura del coworking de Aribe supuso una ventana de oportunidad para ella, nacida en Abaurrea Alta y para su compañero Unai Irigarai, residente en Burguete.
“Estar aquí es una gozada. Nosotros gestionamos nuestro espacio porque no es un coworking al uso. Por aquí pasa todo el mundo y tenemos muy buena relación con Edurne y las chicas de Guk Pirineoa”, comenta. El edificio de Aribe completa sus instalaciones con una cafetería y un supermercado.