El PNV afronta la celebración del Aberri Eguna en un momento preelectoral. ¿Cuál es el mensaje que quiere lanzar?
Estas elecciones son municipales y forales. Son importantísimas, elegimos a quienes nos gobiernan desde los niveles más cercanos y tienen proyectos que nos afectan muy directamente en nuestra vida diaria. Aberrigintza egunero, esa construcción nacional que en el Aberri Eguna volvemos a reivindicar, empieza también en nuestros municipios y se desarrolla cada vez que votamos. Construimos nación, mantenemos nuestra identidad, cada vez que votamos. Votar es una forma de contribuir a que la construcción nacional se puede ir haciendo con cada proyecto en cada pueblo.
Ha hablado de construcción nacional. ¿Qué importancia le da el PNV a la iniciativa que se aprobó en el Parlamento (con sus votos y los de Bildu y Podemos-IU), que sugería una reforma constitucional con la república como opción y el derecho a decidir? ¿Se tiene que reabrir la Ponencia de Autogobierno?
No tiene nada que ver, se ha intentado mezclar, y esto, además, no ha sido una propuesta del PNV. Era una propuesta de un partido (Podemos-IU) que está representado en el Gobierno de España y que podría incidir más allí en ese tipo de cuestiones y, en cambio, las lleva a otros ámbitos. Cuando se han planteado modificaciones constitucionales, nosotros hemos aprovechado para plantear nuestras reivindicaciones, la bilateralidad y dirimir las diferencias en un ámbito neutral. Nada nuevo. El derecho a decidir siempre está en la agenda del PNV, pero teniendo en cuenta que vamos a estar un año largo de elecciones hasta mayo o junio del año que viene, el resto de los partidos no van a estar generando una situación suficientemente cómoda y sosegada, sobre todo en Madrid, como para que se pueda hablar con normalidad y se den consensos suficientes. No es momento de zarandear algo que es tan importante para Euskadi y el futuro de nuestra nación. Lo que hace falta es menos utilización política.
El PNV ha alertado sobre los efectos de la abstención. ¿Cree que la abstención se debe a una desafección general, o hay un desapego específico hacia la gestión en pandemia?
Yo creo que la desafección a la política es una realidad, también en Europa, donde el nivel de abstención es mucho más elevado. Esta semana el Ayuntamiento de Bilbao ha realizado una encuesta en la que vemos que la abstención sigue siendo alta pero, en cambio, hay una excelente valoración de la gestión del Ayuntamiento. Cada cual es absolutamente libre de ir a votar, y ni siquiera abogaría porque el voto fuera obligatorio sino que estoy en contra, pero estar insatisfecho y creer que algo se ha hecho mal no se soluciona no yendo a votar. No votar determina que otros decidan. Y hay mucha diferencia entre que gestionen unos y otros. Haber podido afrontar la pandemia con esta capacidad viene derivada de la gestión anterior en las instituciones vascas.
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¿Le preocupa que las encuestas reflejen una bajada de sus socios del PSE y una subida de EH Bildu?
Que Bildu sube, aunque sea un poquito, lo vamos viendo desde hace tiempo. Si me circunscribo a Bizkaia, es verdad que suben, pero nosotros no dejamos de subir y, por lo tanto, el gap que hay sigue manteniéndose. Y el techo del PNV es más amplio. Sobre el PSE, espero que pueda mantener los resultados de 2019 y, a partir de ahí, ya veremos si el día 29 nos ponemos a hablar. La experiencia hasta ahora ha sido buena, con lo cual será una vía a explorar evidentemente.
¿Le plantea una mayor competencia al PNV el acercamiento que intenta EH Bildu al mundo de la empresa, incluso sugiriendo la creación de una patronal alternativa?
En absoluto. Si es cierto y real, bienvenido sea el acercamiento de Bildu, aunque sea 40 años tarde. No sé qué parte del empresariado vasco comprondría esa patronal pero, en cualquier caso, lo que es positivo es que Bildu, o la izquierda abertzale que domina Bildu, esté más cerca de quienes cada día intentan que con su esfuerzo personal haya más puestos de trabajo. Un empresariado del que estaban alejados y que durante años ha tenido que sufrir durísimas consecuencias por el terrorismo y que sintió que la izquierda abertzale jaleaba, alentaba y aplaudía aquellos atentados y extorsiones cuando estaban intentando sacar el país adelante. No sé lo que Bildu les dirá en sus reuniones o qué explicaciones dará.
¿Ha dado frutos el diálogo con EH Bildu sobre los pactos de país, sobre la transición energética y las eólicas, o EH Bildu se ha echado atrás?
La voluntad del PNV se mantiene. Es la izquierda abertzale la que tiene un problema de gestión, un problema interno para reposicionarse. Lo estamos viendo con pintadas contra algunos de sus dirigentes en sus pueblos, asambleas que después trascienden porque alguien las ha colgado en las redes... Hace falta pedagogía. Hay que legislar y hablar con la ciudadanía. No puede ser que se abogue por una transición y después se diga “no en la parte de atrás de mi jardín”.
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Otegi ha sugerido que hay que abrir las alianzas. ¿Tiene la sensación de que quiere impulsar alianzas alternativas para desalojar al PNV?
Esto no es nuevo, llevan 40 años intentando hacerlo. Lo han intentado además en reuniones cuyas actas se han hecho públicas incluso con el Partido Socialista hace muchísimos años. Cuando estaban hablando del fin de la violencia, también estaban hablando de desalojar al PNV. A mí me gustaría que la posición fuera más de construcción que de desalojar. No sé a qué acuerdos programáticos va a llegar con otros, en los que además quiere incluirnos a nosotros en algunos otros lugares. La geometría variable está muy bien para ser estudiada en las universidades. Creo que si tuviéramos que ir a acuerdos puntuales en cada una de las instituciones, no garantizaría per se una estabilidad suficiente en el marco institucional vasco. Si hay algo que ha aportado nuestro acuerdo con el PSE es una amplia estabilidad, y me atrevería a decir que también en Navarra.
¿Aunque el PNV alcanzara una mayoría absoluta en Bilbao y Bizkaia como pronostican algunas encuestas, ofrecería al PSE entrar en el gobierno, quizás para evitar sorpresas en otros municipios donde el PSE podría desalojarlo?
Tener una mayoría no hace que no podamos acordar con terceros. No lo hemos hablado todavía y tendríamos que verlo, aunque no visualizo ahora mayorías absolutas y van a ser muy difíciles en este país. Por otro lado, tenemos que tener visión nacional, más allá de lo que se necesita en cada territorio, si abogamos por una relación interinstitucional para poder llevar a cabo los proyectos.
¿Le parece sospechoso que, cuando le preguntan a Eneko Andueza por posibles pactos entre el PSE y Bildu, él desvíe la atención y diga que es el PNV el que puede pactar con Bildu?
Sí, lo utilizan los dos partidos, PSE y Bildu. Bildu, en 2013, cuando llegamos a un acuerdo con el PSE, nos achacaba que estábamos llegando a un acuerdo con los de la famosa X de los GAL. Desde entonces, no han dejado de negociar con el PSOE en Madrid. Y a Eneko Andueza se le olvida que, si alguien ha llegado a muchos acuerdos con Bildu últimamente, es su partido en Madrid. En Euskadi lo tienen que declinar de otra manera porque les genera problemas con su gente, que achaca todavía a Bildu una herencia fuerte de la izquierda aber-tzale tradicional. El problema lo tiene el señor Andueza, no el PNV.
En el Gobierno vasco, Idoia Mendia ha desoído la propuesta de la Comisión Consultiva de Emakunde para convertir el 5 de noviembre en festivo y sigue con su expediente sobre el 8 de marzo. ¿Cree que trata de imponerlo de manera unilateral?
Espero que no, porque no es la forma en la que ella suele hacer las cosas. Es verdad que lleva el debate a que los propios plazos y el procedimiento la abocan a que haya que tomar una decisión, pero yo confío en que Idoia Mendia, que ha demostrado que es una mujer de consensos y es una feminista convencida, no va a desoír que esto se consensúe, sobre todo, escuchando a las asociaciones feministas. Yo espero que esto se reconduzca.
En 2024, ¿qué debería suceder, que no sea festivo el 8-M? El 5 de noviembre ya no entra en teoría por plazo…
No, pero a lo mejor podríamos dejar que esa fecha se determinara con consenso para el futuro. Una decisión de estas se puede tomar con un año de decalaje. No me quiero meter porque no es responsabilidad mía, pero me gustaría un amplio consenso.
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La reforma fiscal ha quedado abierta. ¿A qué se tiene que atener el votante? ¿Lo que viene es mayor o menor presión fiscal?
El votante tiene que pensar que se sigue analizando lo que ha pasado con las últimas reformas. La presión hay que tomarla en conjunto. El problema está en que, si a mí me afectan algunas modificaciones, lo valore solo desde ese punto de vista sin ver que, en el cómputo total, Euskadi tiene una presión determinada comparada con la europea o española. Yo pediría tranquilidad absoluta. Y no creo en disminuir presiones fiscales ni en estas panaceas que nos intentan vender el PP y el modelo Ayuso. Tenemos que garantizar servicios sociales públicos universales y de calidad, y eso no se hace bajando impuestos.
¿La huelga que se ha convocado en Osakidetza diez días antes de las elecciones puede desgastar al PNV?
Si toda la ofensiva que hemos venido soportando durante la pandemia y después no nos ha desgastado ya, no sé qué más puede hacer una huelga con un trasfondo político muy claro, que es desgastar al PNV. Esto es muy habitual, pasa en casi todos los periodos electorales. Es un derecho pero tiene una intencionalidad política clara. Lo que veo en el departamento es una oferta clara de sentarse a hablar. No sé por qué no se pueden sentar y evitar esa huelga.
¿En qué medida ha calculado el PNV que le pueden hacer daño la entrada en la cárcel de Alfredo de Miguel y la petición de indulto?
Si casualmente coincide que va a ser en periodo preelectoral cuando tenga que ingresar en prisión, lo afrontaremos. Son personas ya ajenas a nuestro partido y hemos pedido perdón porque en aquel momento eran afiliados. Lo demás fue un acto personal de ellos. Son cosas que al PNV le van sucediendo siempre en elecciones: cuando no es una huelga, es una sentencia que se ejecuta después de un montón de años.
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"Sánchez nos ha mimado poco con las pensiones"
¿El PNV se ha sentido maltratado por Pedro Sánchez en la tramitación de la reforma de las pensiones?
Bueno, desde luego, mimado, no. Con Pedro Sánchez, una de las cosas que negociamos desde el principio es que nos informara con carácter previo o preferencial de los temas. En este caso, nos llegó un mail a la 1.00 de la madrugada pidiéndonos que fuéramos discretos cuando, en realidad, en las tertulias de las 22.00 horas lo estábamos oyendo en todas las cadenas. Sánchez es un superviviente porque, ante la necesidad de mantener la estabilidad del Gobierno, terminamos llegando a acuerdos, pero nos hubiera gustado que nos hubieran tenido en cuenta antes, sobre todo cuando hay cuestiones en esa reforma que son peticiones históricas de Euskadi que habrá que tener en cuenta en la tramitación. Es parte del déficit en la relación con el Gobierno, especialmente de algunos ministros. Escrivá es un maestro en este sentido. Pero tienen un jefe que se llama Pedro Sánchez y, si él determinara que hay que llamar al PNV antes… Hay poco mimo.
Con Bildu sí hubo acuerdo en las pensiones, y después se abstuvo…
Ha habido varias votaciones así. Es curioso. Es esa forma de relación que tienen el PSOE y EH Bildu de autoprotegerse y no sé en pago de qué lo hacen cuando en realidad incluso se abstienen. Bildu también ha vendido otras cosas que en realidad habíamos comenzado nosotros.
No sabe en pago de qué se hace, pero usted sí se intuye algo…
Se le ha acabado a Bildu una de las grandes negociaciones que tenía con el Gobierno español, que es el acercamiento de presos. Por tanto, no sé ahora en base a qué estarán negociando. No hay Presupuestos en Navarra hasta el año que viene. Igual habrá alguna constitución de algún ayuntamiento en Navarra, el propio Gobierno… Sé que su conversación es permanente, pero también lo es con Podemos, con la parte que menos apoya a Sánchez, por cierto. No creo que se salga del ámbito español. No sé si lo están haciendo a nivel de Euskadi para llegar a otros acuerdos. De verdad que no lo conozco. El PSOE no me lo transmite y ellos no nos cuentan esas cosas.
¿La transferencia de Cercanías ha quedado paralizada tras los relevos del Ministerio de Transportes?
Los relevos no favorecen, porque con la secretaria de Estado destituida había una relación fluida y era una mujer técnicamente muy válida. Ahora viene gente que casi empieza de cero. Nos preocupa que pueda suponer una ralentización. Pero transferencias difíciles hemos tenido muchas. No hay excusas.
¿Han hablado con el Gobierno español sobre las consecuencias que podría tener esta desatención para una próxima legislatura y el formato de su relación?
Ellos son conscientes porque la relación es fluida. Se les junta con la preocupación que sabemos que tienen sobre cómo se van a configurar mayorías en la próxima legislatura. La alternativa a PP-Vox tiene que ser un consenso prácticamente de todo el resto de los partidos que queden. A ver si es suficiente, porque la división a la izquierda del PSOE suele fortalecer a la primera fuerza, que parece que va a ser el PP. Solo tenemos una cosa clara: no vamos a estar en un bloque con Vox. Con Sánchez, tendríamos que ver cómo es la correlación de fuerzas, qué ofrecen… En la revisión de los acuerdos presupuestarios, el nivel de ejecución ha sido bastante importante. Pero hay que mejorar. Retomar el acuerdo de 2019 entre Ortuzar y Sánchez supondría que la confianza no decae.
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¿Podemos pone en riesgo la mayoría progresista por el tira y afloja que tiene con Yolanda Díaz?
Hay tiempo para llegar a un acuerdo para las generales, pero creo que hay mucho componente personal en esta bronca y, a lo mejor, estas fricciones hacen inviable después un acuerdo político. Podemos ya vio cómo fue esa división en Andalucía, Madrid... En Euskadi, aunque alguien se fue a un partido de fútbol en lugar de ir a un mitin de Yolanda Díaz, han dejado bastante claro lo que van a hacer. La división no fortalece a la alternativa PP-Vox. Muchas veces, los acuerdos se consiguen cuando ciertas personas salen del escenario y dejan a otras que lo negocien. Hay mucho ego y personalismo en ambas partes, y tampoco hay una definición clara del proyecto de Yolanda Díaz.
El programa de Feijóo se reafirma en la vigencia del Estado autonómico, pero al mismo tiempo pide una selectividad única...
Hay un problema de definición de proyecto. Dependiendo de si el mitin lo hacen en Madrid o en Euskadi, donde intentan un perfil más foralista, varían su discurso. Y están mediatizados por la capacidad de atracción de Ayuso.