La Copa del Rey es un objetivo cada vez más complicado para el Baskonia, que está a punto de purgar sus muchos errores a lo largo de la primera vuelta de la ACB viendo por televisión el torneo más atractivo de la temporada. El triunfo por 8 puntos del Tenerife en Burgos (73-81) le deja en una difícil situación para certificar su presencia en la cita prevista en tierras nazaríes. Los de Vidorreta le han igualado a victorias y tienen ahora mismo un average de +22, ocho puntos más que un Baskonia que cuenta con +14 y, por lo tanto, necesita un favor de dimensiones siderales por parte del Valencia Basket.
Las cuentas son claras en este instante para la escuadra alavesa, que no podrá despegarse del televisor este domingo a partir de las 20.00 horas para ver qué ocurre en el decisivo encuentro entre insulares y taronjas. Si el Tenerife gana o pierde por menos de nueve puntos, el Baskonia quedará fuera de la pelea por un título que ha izado en seis ocasiones a lo largo de su historia.
Incluso puede darse por satisfecho el equipo de Spahija porque el Tenerife llegó a ganar en algún momento por 19 puntos en Burgos, algo que habría sido mortal de necesidad. Su triunfo final por tan solo ocho concede alguna esperanza más. Lo único positivo para el Baskonia es que se encuentra en las manos de un Valencia con su arsenal al completo para tratar de sumar un triunfo autoritario en tierras chicharreras.
Antes de su duelo continental en el OAKA, el Baskonia debía estar muy pendiente ayer del resultado en el Coliseum de Burgos entre el San Pablo y el Lenovo Tenerife, su gran rival directo en la pelea por un puesto en la Copa del Rey de Granada. El equipo vitoriano necesitaba una derrota de los insulares o, en su defecto, un triunfo de los pupilos de Vidorreta por un escaso margen de puntos para mantener viva la llama de la esperanza de cara a la jornada del domingo. Pues bien, finalmente se produjo un término medio.
Remontada local
Para frustración de los intereses baskonistas, el partido comenzó a ser dominado con claridad por el Tenerife a partir del segundo cuarto, momento en que alcanzó una renta máxima de 12 puntos (16-28) gracias, en parte, al dominio interior de Shermadini y su acierto triplista.
El Burgos, penúltimo clasificado de la ACB y que acaba de hacer cambios tanto en la plantilla como en el banquillo para salir de su galopante crisis, también tuvo que lidiar con la sensible ausencia de su mejor anotador en el perímetro (Vitor Benite). Nnoko, que rayó a gran nivel en el Buesa Arena, fue un desastre frente a los insulares y en el minuto 25 ya acumulaba cuatro faltas.
El Tenerife campó a sus anchas a medida que avanzaba el partido y sus rentas merodearon los 20 puntos desde el tercer cuarto (45-64). El peor escenario posible para el Baskonia mientras el lenguaje corporal del Burgos era el de un equipo derrotado y que no estaba dispuesto a vender cara su piel pese a jugar delante de los suyos.
Sin embargo, los locales se apoyaron en su pegada desde el 6,75 y tiraron de casta para meter el miedo en el cuerpo al Tenerife acercándose hasta el 61-67 en el minuto 36. Los de Paco Olmos no pudieron consumar la remontada, pero su esfuerzo final le sirve al menos al Baskonia para estirar sus cada vez más escasas opciones coperas.