Euskadi destaca, principalmente, por su cultura, gastronomía, belleza natural e historia. Son muchos los turistas que así lo corroboran cuando visitan nuestra tierra. Del mismo modo, el particular clima de esta región es conocido por ser húmedo y lluvioso. Al margen de los beneficios que puede tener, en ocasiones supone una molestia para algunas tareas.
Hablamos de tender la ropa, algo que presenta cierto grado de dificultad debido al agua. Y es que, las precipitaciones pueden ser un problema para que nuestras prendas se sequen. Aun así, no hay por qué desesperarse, pues los vascos contamos con una genial idea.
Adiós a tender la ropa
La ingeniosa solución que podemos encontrar para este problema es muy eficaz: los tendederos con toldo. Estos objetos, que vienen equipados con una superficie protectora, normalmente de color azul, son ideales para cubrir al ropa y cubrirla de la lluvia.
Además, este diseño garantiza que las prendas se sequen adecuadamente hasta en los días más lluviosos y húmedos. De este modo, podemos decir adiós a la necesidad de tener ropa secándose en el interior de nuestra casa y así ganar tanto en espacio como en comodidad.
La influencia del clima
El clima ha marcado desde siempre muchas áreas de la vida cotidiana en Euskadi. Esto se refleja perfectamente en la arquitectura, pues muchas viviendas están diseñadas para soportar ambientes fríos y húmedos, gracias a sus materiales resistentes y tejados inclinados.
Por ese mismo motivo, no cabe ninguna duda de que la instalación de tendederos representa una solución práctica y contundente ante las adversidades meteorológicas a las que solemos hacer frente en nuestra tierra.
Aunque la lluvia pueda resultar incómoda, visitar las provincias vascas no tiene por qué ser un problema. De hecho, los verdes paisajes, exuberantes paisajes y su belleza natural se deben, en gran medida, al clima tan particular de esta zona del norte de la península.
Por lo tanto, realizar rutas de senderismo y montaña, así como el turismo rural y otras actividades similares, pueden ser unas fantásticas ideas para sacarle todo el provecho al verano de este 2024.
Un verano tardío
El verano en Euskadi se hará de rogar y no llegará hasta dentro de un mes. Aunque ha sido el 20 de junio cuando se abre paso la época estival, según su fecha oficial, la subida de temperaturas tendrá que esperar hasta el mes que viene. Así lo ha asegurado la delegada de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), Margarita Martín, que ha expuesto que hasta entonces, las temperaturas serán suaves y habrá poca precipitación.
Y es que el mar es el “termómetro” que augura la entrada del verano en la CAV. Y, como ha apuntado la delegada de AEMET, “aún no ha alcanzado los 20 grados y hasta que llegue a esa temperatura no llega el verano”.
Así las cosas, las próximas semanas, incluido julio, seguirán siendo inestables hasta alrededor del día 15. Será a partir de ese momento cuando se espera que la temporada sea “normal”, o ligeramente más cálida en la llanada alavesa, y con precipitaciones ligeramente inferiores a lo normal.
En definitiva, será en la segunda quincena de julio cuando se instaure el verano, una estación que “siempre está asegurada por lo menos durante un mes o mes y medio”. Eso sí, con excepciones como recordó la experta, ya que en 2002, 1977 o 1936, fueron años en los que no hubo verano.
Un mes más frío
De esta manera, posiblemente el próximo mes será el más fresco del verano, al contrario de lo que ha sucedido desde 2020, cuando agosto y septiembre eran menos cálidos. Así, el verano, que se prevé ligeramente caluroso en agosto y septiembre, sucederá a una primavera en la que “no se ha registrado ningún episodio extraordinario” desde el punto de vista meteorológico y ha sido “ligeramente más cálida, con precipitaciones normales tanto en la costa como en el interior”.
Marzo y abril han sido algo más calurosos de lo normal y secos, pero la “sorpresa” ha llegado en mayo cuando se ha producido más precipitación, aunque sin sobrepasar los datos medios habituales.