Europa es muy dependiente de las materias primas -gas, petróleo y minerales- que llegan desde otras partes del mundo. Y Euskadi, como economía básicamente industrial, también lo es. Así que es necesario lograr un consumo más eficiente y, al mismo tiempo, que la economía no se resienta, sino que encarrile su futuro precisamente hacia nuevas vías de negocio basadas en esa sostenibilidad. Es el eje de la estrategia de la economía circular, un enfoque que se va haciendo hueco de manera progresiva en los diagnósticos de los gobiernos europeos y cuyas líneas básicas se van a abordar entre los días 2 y 4 de abril en el Basque Circular Summit. El evento, que se desarrollará en el Palacio Euskalduna de Bilbao, es el más importante de la Europa meridional en esta materia y cuenta ya con más un millar de asistentes confirmados.
Organizado por la sociedad de gestión ambiental Ihobe, el congreso contará con las intervenciones de más de 140 agentes de carácter institucional, empresarial y medioambiental. Será una ocasión para hacer balance de los cinco años que han transcurrido desde la aprobación del Pacto Verde Europeo, que aspira a poner sobre la mesa un modelo de crecimiento para Europa en el que la transformación productiva se base en la circularidad. Además, la Comisión Europea ha lanzado recientemente el Pacto Industrial Limpio, cuyo pilar fundamental es la circularidad, entendida como la reducción del consumo de materias primas y la maximización del aprovechamiento de materiales a lo largo de su ciclo de vida. El congreso se celebrará bajo el lema ‘Time for Action’, apelando a la necesidad de de actuar ya. “Es hora de pasar de las palabras a los hechos, de pensar que por encima de conceptos teóricos, la economía circular repercute positivamente en los resultados de las empresas, en la eficiencia de los recursos y en la reducción del impacto medioambiental”, destacó Alexander Boto, director de Ihobe.
Es precisamente la rentabilidad empresarial y laboral, además de la medioambiental, el aspecto en el que se quiere hacer especial incidencia en el congreso, puesto que la descarbonización de la economía será causa y consecuencia al mismo tiempo de apostar por la circularidad y por producir mejor con un consumo más eficiente de recursos. En este sentido, la viceconsejera de Transición Energética del Gobierno vasco, Irantzu Allende, destacó que la economía circular en Euskadi ha impulsado en los últimos años la creación de 5.000 empleos directos.
Allende recordó que la UE se ve obligada a importar más del 80% de sus materias primas críticas, parámetros parecidos a los de Euskadi. En un contexto en el que gana peso el concepto de autonomía estratégica europea en aspectos como la energía, la circularidad cobra aún más importancia. Desde 2005, el consumo de materiales por habitante en Euskadi se ha reducido en 8 toneladas hasta situarse en torno a 10, un dato mejor que la media europea (14), según los promotores del congreso. “Estamos logrando que nuestra economía crezca, haciendo un uso menor de los recursos. Genera más riqueza, más bienes, con menos materiales”, añadió Allende, que señaló también que las empresas vascas que han apostado por implantar estas estrategias y proyectos en materia de economía circular han aumentado su facturación una media del 12%. Asimismo, y tal como indicó José María Fernández, director de Economía Circular de Ihobe, la circularidad no se circunscribe a un sector económico en particular, sino que es “transversal”, puesto que no se ciñe únicamente a una gran industria consumidora de recursos o generadora de residuos. “Tenemos que cambiar la forma en la que se diseñan y conciben los productos. El éxito de la economía circular pasa por implementar la remanufactura y la durabilidad de los productos”, añadió Fernández.
A este respecto, el viceconsejero de Medio Ambiente, Josu Bilbao, subrayó que se ha logrado reducir en un 54% la cantidad de residuos que acaban en vertederos desde 2018. Bilbao destacó la apuesta de Euskadi por dotarse de infraestructuras punteras que permiten "transformar los residuos en nuevos recursos para la industria, reduciendo la dependencia de materias primas externas y fortaleciendo la autonomía industrial”. El desarrollo de infraestructuras y tecnología que permitan transformar los residuos en nuevos recursos es uno de los ejes del desarrollo de la economía circular en la CAV, junto con la necesidad de que los planes “estén alineados con la competitividad empresarial” y la “colaboración público-privada”, añadió el viceconsejero de Medio Ambiente.
A lo largo de tres días, el congreso se estructurará en torno a tres ejes temáticos, que abarcan desde la digitalización para la circularidad hasta el diseño circular, pasando por los nuevos modelos de negocio y la simbiosis industrial. El certamen incluirá mesas redondas sobre legislación europea, sesiones plenarias, talleres prácticos y visitas a empresas. Uno de los ponentes más destacados en Bilbao será el esloveno Janez Potocnik, que fue comisario europeo de Ciencia entre los años 2004 y 2009 y de Medio Ambiente de 2010 a 2014. Además, uno de los puntos más relevantes del congreso serán los encuentros en los que cerca de 100 empresas, tanto grandes como pymes, mostrarán más de 150 productos circulares. Entre los asistentes a este escaparate, habrá empresas de todos los sectores, desde la automoción hasta la alimentación, pasando por la construcción y la energía. Asimismo, en otro de los espacios se podrá ver el ecosistema de agentes que impulsan la economía circular en Euskadi. Las ponencias se centrarán en aspectos concretos, como los residuos de envases, los desechos textiles, la dependencia de materias primas, el derecho a la reparación, las finanzas sostenibles y el greenwashing.