La creatividad de los alumnos no está vinculada a su rendimiento en matemáticas y lectura

La OCDE ha difundido este martes una nueva lectura del informe PISA que se publicó en diciembre del año pasado. En esta ocasión, ha analizado el pensamiento crítico entre los estudiantes de 15 años de 64 países con el objetivo de descubrir hasta qué punto generan ideas creativas. Para ello, se analizó cómo los jóvenes resolvían problemas sociales y científicos valorando la originalidad de sus propuestas.

Esta nueva vuelta de tuerca a los datos del pasado informe PISA no aporta análisis más allá de apuntar a que el rendimiento en pensamiento crítico no está reñido con el resultado en materias tradicionales puesto que los alumnos evaluados, en general, obtienen mejores resultados a la hora de generar ideas creativas que a la de resolver pruebas de matemáticas y lectoras.

Las chicas, más creativas

El estudio de la OCDE apunta también a la variable de género puesto que las chicas obtienen en general mejores resultados a la hora de aportar soluciones creativas, y su nota media es 2,2 puntos superior a la de los chicos.

Otra variante que hace que mejoren las respuestas de los alumnos es la socioeconómica. En el Estado los alumnos con una mejor situación económica y social superaron en ocho puntos a los menos favorecidos.

Cuestión de clases

Los alumnos vascos lograron una puntación de 31,9 sobre 60. La nota es ligeramente inferior a la media del Estado que se sitúa en los 32,8, y también a la media de la OCDE que asciende a 32,7.

Por Comunidades Autónomas el alumnado que ha logrado una mejor nota en pensamiento crítico es el de la Comunidad de Madrid (34,8), seguido del de Castilla y León (34,6). A la cola de se sitúan los alumnos de 15 años de Ceuta y Melilla, ambas alcanzan los 26,1 puntos.

Corea, a la cabeza

Si se analizan los datos de los 64 países incluidos en el informe de la OCDE, el país con mejores resultados es Corea (38,1) y el primero de la UE Estonia (35,9 puntos). Entre aquellos con un resultado más bajo están Bulgaria (20,7) y Chipre (23,7), mientras que el Estado español alcanza un 32,8, una cifra ligeramente superior a la media de la OCDE (32,7) y también a la de la Unión Europea (32,1)