En verano los rayos de sol son más potentes y no hace falta estar tumbado en la arena de la playa para comprobarlo. En la calle o en una terraza la radiación ultravioleta también actúa intensamente. Por esa razón, utilizar crema solar es imprescindible para proteger tu piel. Hay que recordar que esta tiene memoria y es fundamental cuidarla para evitar cáncer u otras afecciones derivadas de haber tomado el sol de forma inadecuada.
Para llevar una rutina correcta del cuidado de la piel, debemos usar tanto crema solar corporal como facial, esparciRla bien por todas las áreas y, sobre todo, reaplicárnosla cada dos o tres horas. Con el paso del tiempo la protección va disminuyendo y es necesario dar otra capa para mantener su eficacia. Sin embargo, la frecuencia de reaplicación puede variar en función de nuestro tipo de piel.
Pero si realmente queremos que la crema solar sea eficaz y haga su efecto para no quemarnos, esta tendrá que estar en perfectas condiciones y dentro de la fecha de vencimiento, porque sí, la crema de sol caduca.
Normalmente, en los botes aparece un símbolo de un envase abierto seguido de una cifra con la letra M. Esa es la PAO, es decir, el signo que identifica el periodo de vida útil de un producto cosmético desde que se abre por primera vez. La cifra varía entre los tres y los 24 meses y significa que una vez haya transcurrido ese tiempo debes desechar el envase y sustituirlo.
Ese número se refiere en caso de haber abierto el bote de crema. La Administración de Alimentos y Medicamentos exige que todos los protectores solares conserven su potencia original durante al menos tres años. Si la crema solar no se ha usado nunca y está cerrada todavía estás a tiempo de utilizar ese bote del año pasado, ya que conserva todas su propiedades. En cambio, si el bote está abierto, se deberán seguir las indicaciones del fabricante y mirar cuál es la cifra que indica su fecha de caducidad.
En caso de que el bote de crema no contenga la fecha de vencimiento, se recomienda apuntar el día que se compró el producto para calcular aproximadamente cuándo debería caducar. Conocer la fecha de caducidad de la crema de sol no solo te servirá para cuidar la piel, sino también para no malgastarla y poder aprovecharla, ya que la protección solar suele ser cara.
Utilizar crema de sol caducada acarrea varios riesgos. Evidentemente, la eficacia del producto no es la misma, por lo que aunque continuemos aplicándolo el nivel de protección será inferior que cuando se estrenó, por lo que no estará protegiendo adecuadamente la piel.
Además de la falta de cuidado, también puede causar irritación de la piel provocando alguna alergia. Si presentas picores, eritemas, sarpullidos, escozor o rojeces puede indicar que la crema de sol que estás utilizando ha perdido su eficacia y, además, empieza a ser dañina para la piel.
El color de la crema y la textura también son dos buenos indicadores para conocer el estado del protector. Si este ha cambiado de color, su textura es más líquida o huele mal se recomienda sustituirlo ya que la crema está en mal estado.
Cómo conservar la crema solar
1. En la playa o la piscina hay que dejarla en el bolso o envuelta en una toalla, nunca expuesta al sol.
2. No se debe guardar en el coche, ya que dentro se alcanzan temperaturas muy altas que pueden provocar que pierda su eficacia.
3. En casa, la mejor opción es guardarla en un lugar fresco, protegida del sol y el calor (un cajón o un armario).