En 1901
La denominada Cruz Negra era un lugar conocido y muy popular entre los pamploneses, pues allí terminaba uno de los paseos más transitados por nuestros antepasados del cambio de siglo.
Para localizar el punto donde se alzaba la antiquísima cruz, nuestros amables lectores tendrán que hacer un ejercicio de imaginación y de memoria. Pensemos que la cruz se alzaba en el punto exacto en el que la avenida de Zaragoza y la calle Abejeras se separan. La avenida empieza suavemente su descenso, mientras que Abejeras pica ya hacia arriba. De este modo, podemos comprobar que a espaldas del fotógrafo arrancaba Abejeras, mientras que a la derecha se adivina el inicio de la avenida de Zaragoza. Hacia el fondo, el ligero talud de tierra marca el punto donde hoy se encuentra la plaza de los Fueros, mientras que a la derecha la preciosa y sombría alameda alberga hoy el bar Sol, el edificio de Sindicatos, etc.
Hoy en día
–Hoy en día la Cruz Negra sigue en pie y acumulando años, pero es una perfecta desconocida para el común de los pamploneses. De hecho, hace muy pocos días, un pamplonés generalmente bien informado me preguntó si la vieja cruz aún existía, razón por la que he decidido traerla hoy a colación.
Sabemos que hubo una cruz de madera, existente al menos desde 1667, y que probablemente iba pintada de negro, de donde provendría su nombre. Una inscripción, esculpida en el actual pedestal, nos informa de que la actual cruz de piedra fue construida en 1756, por lo que podemos decir que este elemento del paisaje urbano pamplonés, que hoy pasa totalmente desapercibido, lleva 266 años entre nosotros, además de los no menos de 89 años que existió la de madera. Quien quiera verla podrá encontrarla, unos cuantos metros desplazada de su emplazamiento original, escondida entre unos pinos junto a la plaza de los Fueros.