El paisaje natural español esconde verdaderas joyas ocultas a ojos inexpertos y la Cova del Llop Marí es una de ellas. Esta cueva, que se sitúa en la población catalana de L´Hospitalet de l´Infant, en Tarragona, no solo está excavada en las profundidades de una montaña sino que, además, nos ofrece una pequeña playa en su interior.
La cueva del Llop Marí se localiza cerca de la playa del Torn y su origen se encuentra en los siglos de erosión del mar Mediterráneo contra sus rocas. Pero lo mejor se esconde en sus profundidades: una playa oculta cuyo tamaño varía en función del estado del mar.
Además de la playa, esta cueva también posee una galería lateral de 18 metros de longitud que zigzaguea en el interior de la montaña y que cuenta con unas dimensiones de 4 metros de ancho y 2 metros de alto, aunque conforme nos adentramos en su interior esta va disminuyendo.
Así, la Cueva del Lobo Marino, nombre traducido del catalán al castellano, también esconde la leyenda del Llop Marí: un animal fantástico creado por el dios Neptuno para atacar a los piratas que se atrevían a aproximarse demasiado a las costas de L´Hospitalet de l´Infant y que se refugiaban en esta cueva.
Acceso a la cueva
La localización que ha permitido que se formara esta playa también obliga a que solo sea posible la entrada a ella a través del mar, ya sea en kayak, con tabla de pádel surf o nadando, aunque para esta última opción la página web de las oficinas de turismo de L´Hospitalet de l´Infant advierte que es necesaria una buena condición física.
Al ser un espacio natural protegido, el acceso a la cueva requiere una reserva previa con 24 horas de antelación para formar parte de uno de los grupos que la visitarán entre las 9.00 y las 16.00 horas en turnos de 30 minutos, siendo el último a las 15.30. Este horario se mantiene durante todo el periodo de temporada alta, es decir, entre el 24 de junio y el 11 de septiembre.
También recomiendan que accedamos a la cueva antes de las 15.00 ya que, a partir de esa hora, los vientos pueden complicar las condiciones de acceso para la entrada y salida.
Tampoco podemos olvidar que estamos visitando un espacio natural y que, además de cumplir con las indicaciones del personal a cargo de la cueva, es importante que respetemos tanto el entorno como la fauna que encontremos.
Si después de esta visita aún nos hemos quedado con ganas de más, también podremos recorrer la playa del Torn para descubrir su islote: una elevación de rocas con los restos de una antigua atalaya. Este es el mirador perfecto para contemplar los acantilados y la cala Justell. Además, esta playa está catalogada como Espacio de Interés Natural y cuenta con la categoría de Bandera Azul, así como con servicio de Cruz Roja, aparcamiento, baños, duchas, alquiler de hamacas y facilidades para personas con movilidad reducida.