Bilbao Basket perdió anoche una gran oportunidad de encarrilar la eliminatoria semifinal de la FIBA Europe Cup. Y no solo eso. Se complicó la vida sobremanera para no quedarse a las puertas de la gran final por segunda campaña consecutiva. El 77-58 vivido en la cancha del Palais des Sports Jean-Michel-Geoffroy pone muy cuesta arriba el choque de vuelta el miércoles próximo en Miribilla. El JDA Dijon tiene la sartén por el mango, lo mismo que el otro francés, el Cholet que ya ha ganado en Salónica al PAOK. Eso sí, por un exiguo 88-89.
Tras una más que aceptable primera parte, en la que se llegó incluso a llevar las riendas en el luminoso, pero el paso de los minutos le hace mostrarse como un colectivo sumamente vulnerable. Hace un año fue el Chemnitz alemán, a la postre campeón, el que le sacó los colores en el Bilbao Arena, y anoche la escuadra gala campó a sus anchas hasta obtener una renta de casi la veintena de puntos. Y el marcador final deja bien a las claras que la defensa no fue el gran problema.
Desventaja que, en todo caso, es remontable, aunque no todos los días tienen por qué ser fiesta. Pero existe un precedente no lejano en el tiempo, de hecho, correspondiente a esta misma competición, en los cuartos de final de la edición pasada. El Legia ganó en Varsovia 83-64 para salir arrasado del multiusos bilbaíno por 81-53. Como entonces, el incansable apoyo de la Marea Negra va a resultar primordial.
Una vez encajado el duro mazazo y regresado a casa, Jaume Ponsarnau tiene la receta para darle la vuelta, aunque Xabi Aja avisa ante los micrófonos de ONDA VASCA que es remontable "en un día bueno. Pueden pero en la peor de mis pesadillas nunca pensé en más de diez o doce puntos, pero 19… está en el límite. Es complicado. No imposible, pero es complicado. Y encima con los pívots tocados, tanto Hlinason como Jones, no va a ser fácil".
Respecto a cuáles pudieron ser las claves de la clara derrota en suelo galo, ya le gustaría saberlas al analista y entrenador: "Una conclusión bastante lógica en cuanto los contrarios, al calor de su público, elevan el nivel de exigencia física y defensa, se deshace como un azucarillo".
Como decía en su día Javier Clemente, a muchos les suena, viéndoles, que en este equipo hay mucho mingafría además de que "falta liderazgo y carácter. En Miribilla más o menos, pero fuera de casa no se lo veo, y se tiene o no se tiene. Y cuando se empieza a endurecer la defensa rival, desaparece, y eso que el equipo francés no lo hizo mucho mejor. Y sobre todo, si coges 28 rebotes y el otro 40, que se convierte en tónica habitual, tenemos un problema".
Aparte de que, considera Aja, "falta un referente. Los norteamericanos no lo son y los veteranos, que tenían que tomar decisiones, no cogen ninguna responsabilidad. Pantzar lo quiere intentar y adiós muy buenas". Y con respecto a la dureza con la que los locales se emplearon, y una cierta permisividad arbitral, "hay un punto clave: a partir una técnica que les pitan y empatamos a 40 en el minuto cuatro del tercer período, cambian el criterio y defienden mucho más duro, y no peleas igual. Y es el noveno clasificado de la liga francesa, que tampoco es la NBA", concluye.