El primer ministro italiano, Mario Draghi, no acudirá este miércoles ante el jefe del Estado, Sergio Mattarella, para presentar su dimisión, como era previsible tras perder la mayoría parlamentaria que le sustentaba, confirmaron a Efe fuentes oficiales.
Draghi podría hacerlo el jueves, tras finalizar en la Cámara de Diputados el proceso parlamentario iniciado este miércoles en el Senado a instancias de Mattarella, quien el pasado día 14 rechazó su renuncia por el abandono de uno de sus socios, el Movimiento 5 Estrellas (M5S), y le instase a acudir al Parlamento para intentar reconstruir la coalición gubernamental.
Si finalmente Draghi formaliza su dimisión irrevocable, Mattarella podría encargarle buscar otra mayoría parlamentaria para agotar la legislatura, otorgar esa misión a otra figura técnica o política o convocar elecciones anticipadas, que ahora mismo aparece como la opción más probable.
El primer ministro, que este miércoles compareció en el Senado para intentar reconstruir la coalición de unidad nacional que le apoyaba, terminó perdiendo el apoyo de tres miembros de su Gobierno, el populista M5S, la conservadora Forza Italia (FI) de Silvio Berlusconi y la ultraderechista Liga de Matteo Salvini.
Draghi abandonó el Senado tras conocer las intenciones de sus socios y antes del final de la votación, que terminó ganado con 95 votos a favor y 38 en contra, aunque solo votaron 133 del total de 320 senadores.
El economista encabeza una coalición de unidad nacional desde febrero de 2021 en la que estaban casi todos los partidos del hemiciclo, excepto el también ultraderechista Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni.
La semana pasada la crisis se desató en su coalición después de que el M5S no votara una moción de confianza, desmarcándose del resto de sus socios, lo que empujó a Draghi a presentar su dimisión.
Sin embargo, el presidente Mattarella rechazó su renuncia y le emplazó a buscar una solución en el Parlamento, lo que había empezado este miércoles en el Senado y continuará el jueves en la Cámara de Diputados, aunque se trata de una misión imposible por el enfrentamiento entre el M5S y la derecha.
Berlusconi y Salvini ven con buenos ojos la convocatoria de elecciones anticipadas, que podrían celebrarse a principios de octubre y que es la opción que desde hace días exige su socia electoral y líder ultra Meloni, sola en la oposición y primera fuerza del país según la mayoría de las encuestas.
En los últimos días, sindicatos, patronales, numerosas asociaciones de toda índole e incluso la Iglesia católica habían animado a la continuidad de Draghi debido a la crisis económica, energética y social en curso.