Política

La derecha busca un culpable: UPN y PP cruzan reproches tras no llegar a un acuerdo para las generales

Regionalistas y populares dan la 'batalla del relato' para que parezca que el responsable de no alcanzar una coalición conjunta es el otro. Los planes ocultos de UPN y las tiranteces previas han decantado la balanza
Esparza, de espaldas, charla en un pleno con Javier García

Dicen que en una guerra la primera víctima siempre es la verdad. Y UPN y PP llevan más de un año a limpia torta. Casi desde que Sayas y Adanero desobedecieron a Javier Esparza y provocaron la primera gran tormenta que puso en entredicho públicamente el liderazgo del presidente de UPN.

Desde entonces, la derecha clásica navarra se ha desangrado en la ruptura de la coalición Navarra Suma y en el conflicto posterior entre regionalistas y populares, que ha sido un festival de deserciones, cambio de cromos y reproches mutuos. Hasta que las autonómicas y municipales dejaron más entero de lo que se preveía a UPN y menos fuertes de lo que se pensaban al PP.

Sumergidos en un clima de hostilidad evidente y con la relación en mínimos –“Es evidente que no estamos en el mejor momento”, decía ayer Esparza–, el último episodio se ha vivido esta semana con motivo del plazo para presentar coaliciones para el 23-J.

UPN y PP han sido incapaces de lograr un acuerdo y por primera vez concurrirán en dos listas separadas. ¿De quién es la culpa de que el espacio de la derecha se presente dividido a unas elecciones cruciales? Regionalistas y populares quieren controlar la batalla del relato –donde la primera víctima es la verdad– y poder usar para su conveniencia el comodín del si no hubo acuerdo, no fue por mi culpa. Pero tanto en el PP como en UPN saben que si no hubo sintonía fue porque ahora mismo, con la relación en mínimos, no pueden pactar ni puestos ni nombres.

Planes ‘ocultos’

La espita la abrió ayer mismo el presidente del PP en Navarra, Javier García: no hubo acuerdo porque Esparza esconde otros planes. “UPN no quería comprometerse con el PP”, aseguró García a la agencia Efe.

No es una declaración gratuita. Apunta hacia una dirección muy concreta. La estrategia que no pierde de vista Esparza para el día después de las generales: Sánchez necesitado, Feijóo al límite de llegar a la Moncloa, UPN con un escaño que puede valer mucho. Y Chivite sin haber tomado posesión. “Esparza quería un acuerdo y a partir de ahí, libertad para hacer lo que consideraran. Si vas en coalición vas también en base a un acuerdo de estabilidad”, consideró García.

La respuesta de Esparza fue inmediata. Aunque sus primeros reproches al PP fueron otros. Uno de ellos, tratar de hacer ver que fueron los populares los que no querían un acuerdo porque ya tenían previsto “desde hace meses” no pactar con UPN. Y ahí metió en la ecuación a Sayas y Adanero, cuyo paso de UPN a PP puede haber “impedido” el pacto, según Esparza. Lo cierto es que la oferta regionalista era difícilmente aceptable porque suponía que el PP tenía que renunciar a tener presencia en el Congreso por Navarra, algo que no es descartable.

Y de acuerdo, Esparza ha dicho muchas veces que quiere que Feijóo sea presidente. También ayer. Pero a la agencia Efe le dejó una frase más abierta que otras veces: “Somos dos partidos diferentes. Voy a defender Navarra le parezca bien o mal al señor Feijóo. Yo voy a defender el interés de esta tierra por encima de cualquier cosa”.

¿En ese por encima de cualquier cosa está el propio compromiso con el voto de Feijóo en la investidura? Esparza es un político hermético y nunca se sabe. Pero que cree que el 23-J puede darle cartas para seguir jugando la partida –que inevitablemente desembocará en Navarra– es indudable.

12/06/2023