Son varias las tareas pendientes y las decisiones que Félix Fernández y el resto de la dirección deportiva del Baskonia deben tomar de cara a la próxima temporada, pero una de las más importante sin duda es la que atañe a dos de los peces gordos de la plantilla: Simone Fontecchio y Rokas Giedraitis. El cuadro gasteiztarra puede presumir de tener dos aleros de primerísimo nivel en nómina, aunque la acumulación de efectivos en ese puesto ha significado sacrificar la cuerda exterior e interior del conjunto gasteiztarra, donde la escasez de efectivos ha pasado factura en varios momentos de la temporada.
El italiano aterrizó en Vitoria el pasado verano con la idea de que supliera a Giedraitis en el puesto del tres, ya que el lituano parecía tener preparadas las maletas para partir rumbo a la NBA tras su gran primera temporada en el Baskonia. Sin embargo, la salida de Giedraitis no se llegó a producir finalmente, el jugador decidió quedarse en Vitoria y eso cogió a contrapié a la secretaría técnica, que tuvo que adaptar sus planes a un escenario distinto al planteado inicialmente.
En un primer momento, que Giedraitis siguiera un año más en Vitoria-Gasteiz fue tomado como una buena noticia, ya que suponía retener a uno de los mejores jugadores del equipo en la temporada 2020-21. Sin embargo, a la larga ha terminado siendo perjudicial, tanto para el jugador, que no ha logrado encontrarse cómodo en su nuevo rol, como para la plantilla, que ha estado descompensada por contar, entre otras cosas, con un solo escolta puro (Marinkovic) y cuatro aleros (Fontecchio, Giedraitis, Sedekerskis y Raieste).
EXPERIMENTO FALLIDO
Ante esta situación, Ivanovic y Spahija tuvieron dos opciones: que el italiano y el lituano se repartieran los minutos en el puesto de alero o apostar porque ambos se fueran por encima de los 20 minutos y compartieran tiempo en la cancha, bien con Giedraitis como escolta y Fontecchio como alero o con el primero en el puesto de tres y el segundo en el cuatro. El pobre rendimiento de Marinkovic a lo largo de la temporada y la presencia de un hombre importante como Alec Peters en la posición de ala-pívot provocaron que Spahija terminara finalmente decantándose por utilizar a Giedraitis como escolta, algo que ha perjudicado al ex del Alba Berlin y beneficiado a Fontecchio.
De hecho, el italiano ha sido nombrado mejor jugador del Baskonia en la campaña 2021-22 y el lituano ha sido una de las grandes decepciones del equipo, empeorando sus registros de ACB y Euroliga respecto a la pasada temporada. Los 12,7 puntos, 3 rebotes, 1,5 asistencias, 1,5 robos y 12,9 créditos de valoración que promedió hace un año en Euroliga se han convertido en 11,1 puntos, 3,2 rebotes, 1,3 asistencias, 1 robo y 11,8 de valoración, mientras que en la ACB ha pasado de 13,3 puntos y 13,7 de valoración a 10,7 puntos y 11 de valoración. En cuanto a sus porcentajes de acierto desde el perímetro, se ha quedado en números similares, por lo que la diferencia ha estado principalmente en su volumen de lanzamiento. Además, en defensa ha sufrido más que el curso pasado, ya que ha tenido que medirse con jugadores más pequeños y ágiles que él, lo que le ha obligado a realizar un esfuerzo extra en defensa.
UNA FICHA ELEVADA
Es cierto, que, a pesar de no haber jugado en su posición, los números de Giedraitis este año no han sido malos, pero se quedan cortos teniendo en cuenta que su elevado contrato es de jugador estrella del equipo. Quizá sería una buena opción mantenerlo en Vitoria si el club consigue de alguna manera reducir su ficha, pero si su sueldo no cambia volvería a condicionar la confección de la plantilla azulgrana. Además, la presencia de dos jugadores del nivel de Fontecchio y Giedraitis en el puesto de alero limita las opciones de que canteranos como Sedekerskis y Raieste puedan contar con mayor protagonismo del que han tenido en el tramo final del curso.
Por lo tanto, el Baskonia deberá decidir este verano si mantener la dupla italolituana o prescindir de alguno de los dos jugadores para liberar masa salarial e intentar reforzar otras posiciones. Lo lógico en ese caso, visto el gran rendimiento ofrecido por Fontecchio, que es además dos años más joven que su compañero, sería retener al italiano y vender a Giedraitis, pero Rokas no cuenta ya con el mismo cartel que hace un año y será más difícil encontrar un equipo que quiera asumir su ficha. Sí que sería más fácil vender a Fontecchio, con el que además el Baskonia podría hacer caja, pero al costoso precio de perder a la piedra angular de la plantilla. La decisión, desde luego, no será fácil.