La difícil renovación del coche en Euskadi

En un momento en que el concepto de sostenibilidad medioambiental ocupa cada vez más espacio en la agenda pública, la del tráfico por carretera representa una de las cuestiones con mayor impacto en la no siempre fácil relación entre economía y ecología. La edad media del parque de turismos en Euskadi continuó aumentando en 2023 y alcanza los 14,5 años de antigüedad, superior al valor medio del Estado (14,2), según el último informe de carácter anual elaborado por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC). Todo esto desemboca en un parque automovilístico mucho más contaminante y constituye un obstáculo en los esfuerzos por la descarbonización de la actividad económica.

En concreto, según Ideauto (Instituto de Estudios de Automoción), los 1.048.194 vehículos que componen la red automovilística de la CAV (el 4% del total del Estado) tienen una edad media de 14,5 años. En 2010, según la misma estadística, la antigüedad media era de 9,3 años. Es decir, que la renovación se ha ido aplazando. Los conductores no lo han tenido fácil a lo largo de la última década. A los rescoldos de la Gran Recesión entre los años 2010 y 2012, se unen los provocados por el parón económico que supuso la pandemia de covid. Sin olvidar que el usuario acaba haciendo suyas las mismas incertidumbres que emanan desde las instituciones europeas cuando en Bruselas no se terminan de despejar las dudas sobre si el futuro de la automoción seguirá basado en las energías fósiles, en la electrificación o en un modelo híbrido de ambos.

En este sentido, en marzo del año pasado los Veintisiete aprobaron el acuerdo que prohibirá la venta de motores de combustión, incluidos los de diésel, gasolina e híbridos, a partir de 2035. Eso sí, lo hizo después de que Alemania, presionada por su poderosa industria de la automoción, accediese a levantar su veto tras forzar un pacto con la Comisión Europea para que a partir de esa fecha sí puedan emplearse carburantes sintéticos en vehículos con motores de combustión. Se trata de una idea que va contra la intención original de la Comisión Europea, que pretendía que los combustibles sintéticos se aplicasen únicamente al transporte aéreo y marítimo. Mientras algunos defienden a estos combustibles por su carácter de cero emisiones netas de dióxido de carbono, otras voces recuerdan que expulsan a la atmósfera óxidos de nitrógeno y metano, que también constituyen agentes contaminantes, aunque de menor impacto.

Así las cosas, entre la incertidumbre normativa –incluidas las restricciones a circulación en determinados espacios urbanos– y las dudas que todavía imperan sobre las economías domésticas tras dos años de fuerte inflación, la decisión de adquirir un nuevo vehículo se va posponiendo en el caso de muchos conductores. El último Estudio Europa de Automoción 2024, publicado por el Observatorio Cetelem en marzo, reflejaba que el 65% de los conductores españoles considera que adquirir un vehículo es una decisión “difícil”. Además, a la pregunta sobre cuáles son los principales impedimentos o dudas a la hora de adquirir un vehículo, un 39% de las respuestas en Europa coinciden en que el mayor impedimento es el elevado coste del combustible o electricidad.

Plan Renove

De esta manera, en cuanto al total de vehículos que circulan por las carreteras de la CAV, cerca de la mitad están por encima de los 15 años de antigüedad (47,8%), una tasa no obstante que es siete décimas inferior a la media del Estado (48,5%). Dos de cada tres, además, tienen diez o más años. En este contexto, y dividiendo el parque de vehículos por fuentes de energía, los eléctricos puros sumaban a fines del pasado año un total de 5.049, que representaban apenas el 0,4% del parque total. Por su parte, en 2023 circulaban 5.173 vehículos híbridos enchufables, en torno al 0,4% del parque total vasco. No obstante, en lo que va de año la evolución de las ventas de vehículos electrificados (eléctricos puros e híbridos enchufables) en Euskadi está por encima de la media del Estado, y ha supuesto el 11,8% de todas las matriculaciones en el territorio, lo que sitúa a la CAV la cuarta comunidad con más matriculaciones, solo superada por Navarra (16,9%), Catalunya (13,7%) y Castilla La-Mancha (13,3%).

Ante toda esta situación, el pasado mes, en el marco de la V Jornada de Automoción de la CAV, celebrada en Donostia, Faconauto propuso un Plan Renove para Euskadi para achatarrar más de 1.100 vehículos este año. Esto supondría, según sus cálculos, un ahorro del 63,7% de emisiones de dióxido de carbono. La propuesta supondría una inversión de 2,9 millones de euros en un año por parte del Gobierno Vasco, a la que se añadiría una aportación de los concesionarios, que asumirían una cantidad fija de la ayuda en todos los casos por cada uno de los vehículos que se acogieran al plan, a cambio de adquirir otro vehículo nuevo de cualquier tecnología y de achatarrar uno de más de diez años. Según cálculos de la patronal de los concesionarios, la recaudación fiscal sería de 3,5 millones de euros. En Euskadi, el Ente Vasco de la Energía, es el responsable de la gestión del programa Moves, concebido por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro (IDAE), para el apoyo de la movilidad eléctrica. Este programa incluye ayudas dirigidas a particulares hasta los 7.000 euros por vehículo. El año pasado, el EVE tramitó cerca de 10.000 solicitudes, de las que el 95% fueron aprobadas.