El primer Plan Estratégico de Cultura de Álava ya es pasado. Debería, o esa era la lógica inicial del proceso, estar en marcha su relevo o, por lo menos, estar en camino su elaboración. Pero la Diputación ha decidido no seguir ese calendario, sino establecer, para atender al corto y medio plazo, una “hoja de ruta” que se desarrolle desde 2023 hasta 2025. A ello se llega desde dos consideraciones. Por un lado, el escenario incierto que en muchos sentidos está dejando la pandemia. Por otro, la necesidad de contar con un instrumento ágil y efectivo.
Para elaborar esta propuesta se quiere contar tanto con el sector como con la ciudadanía, para lo que se ha establecido una agenda que, como ya publicó este periódico, va a comenzar este mismo lunes. Eso sí, la institución foral tampoco descarta que si, como consecuencia de la reflexión colectiva, se establece que es necesario tener un segundo Plan Estratégico, este se hará. Es decir, tampoco se descarta volver a usar esta senda, abierta en la legislatura pasada.
Para establecer esta “hoja de ruta”, el lunes arrancarán las seis mesas sectoriales que se han establecido a tal fin y que se desarrollarán tanto en Gasteiz como Lasierra y Agurain. Este proceso llegará hasta mediados de noviembre. Ese mes, los días 26 y 27, se abrirán una serie de actividades gratuitas al público en general para dar a conocer el proceso. Además, habrá charlas sobre temáticas como la España vaciada o las rutas turísticas. Además, el 28 y 29 se llevará a cabo en Artium un Foro de la Cultura “con el objetivo de crear un espacio para el encuentro entre agentes culturales y creativos de Álava, facilitar el conocimiento en torno a experiencia desarrolladas en otros territorios y promover el debate entre profesionales provenientes de diversos contextos”.
El proceso se trabajará de forma paralela en todas las dimensiones, según la Diputación. Con las conclusiones del proceso de participación, se redactará la mencionada “hoja de ruta” que será contrastada de nuevo con todos los agentes y finalmente enviada a las Juntas Generales de Álava para su aprobación.
La intención foral es que este instrumento sea integral, que fije su duración a corto y medio plazo, sobre todo esperando ver cómo evoluciona el escenario después de la pandemia, que sea flexible, que sea abierto y participativo, y que ahonde en la comunicación para mejorar la visibilización de la cultura, aunque resulta un tanto curioso que no se haya establecido ninguna mesa sectorial sobre ello. De todas formas, a partir de aquí habrá que ver cómo se desarrolla el proceso y cuáles son sus reflexiones.