No hace falta explicar lo importantes que son las carreteras para poder estar bien conectado. Pero también está claro que hay vías en mucho mejor estado que otras. Es lógico que se haga un mantenimiento mayor de aquellas que soportan mucho más tráfico, que conectan ciudades importantes y por las que pasan numerosos camiones, pero también es cierto que algunas carreteras de pueblos pueden pasarse años sin ver cómo se repara un agujero que ha surgido o un enorme bache que pone a prueba las suspensiones de los vehículos, además de suponer un riesgo para sus ocupantes.
Ocho meses de bache
Esto es lo que sucedía en una carretera poco transitada en la localidad inglesa de Cambridgesghire, la vía conocida como Haverhill Road. Llevaba ocho meses soportando un gran agujero de 91 centímetros de largo y una medida similar de ancho y con una peligrosa profundidad de 8 centímetros. Una situación que se complicaba cuando llovía, ya que el agua se estancaba en el agujero, dificultando la circulación. Además, el líquido rellenaba ese gran orificio e impedía verlo, con lo que quien no conociera la carretera podía acabar metiendo sus ruedas ahí pensando que se trataba de un simple charco más.
Cansado de ver cómo pasaban los meses y nadie aparecía por allá para reparar el firme en mal estado, un vecino, James Coxall, decidió tomar cartas en el asunto. Y se le ocurrió una idea muy original para visibilizar el problema: colocar unas piernas (obviamente falsas) saliendo del agujero, como si alguien se hubiera caído de cabeza. Era también una forma de llamar la atención sobre la profundidad del surco.
'Performance' efectiva
Coxall relató a medios locales que, con la colaboración de toda su familia, rellenó unos pantalones vaqueros viejos con madera y trapos y les atornilló encima, en la zona de los pies, unos zapatos que iban a acabar en la basura. La performance funcionó: la curiosa imagen no sólo atrajo a los vecinos del pueblo, sino que también logró su objetivo de llegar hasta las autoridades, que en un plazo de cuatro días ya habían reparado el bache que llevaba ahí ocho meses.
Eso sí, el Ayuntamiento de Castle Camp, responsable del mantenimiento de la carretera y quien efectuó la obra, no citó en el comunicado en el que informaba sobre ella a James Coxall. Ni siquiera le devolvieron sus piernas, aunque su mujer las rescató tras encontrarlas tiradas a un lado de la carretera, donde las habían dejado los trabajadores