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"La electrificación, las renovables, las redes nos pueden ayudar a estar mejor situados en un entorno de incertidumbre"

Mikel Amundarain sustituyó al actual presidente del BBB, Iñigo Ansola, el pasado septiembre; antes fue viceconsejero de Industria durante tres años
El director del EVE, Mikel Amundarain.
El director del EVE, Mikel Amundarain. / Pankra Nieto

La entrevista con el director general del Ente Vasco de la Energía (EVE), Mikel Amundarain, tiene lugar en plena resaca arancelaria, es decir, el día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara aranceles generales para la mayoría de los países del mundo, del 20% en el caso de la Unión Europea. El lehendakari advirtió ese mismo día que los gravámenes impactarán de lleno en los flujos comerciales entre Euskadi y el país norteamericano, que incluye los productos energéticos.

La pregunta es inevitable, ¿cómo ha recibido la arremetida arancelaria de Trump?

No es solo los aranceles, es la situación de inestabilidad que genera. Habrá que cómo afecta esta situación a los flujos comerciales del sector energético y con ello a los precios y a nuestra industria. Un elemento que estamos viendo es la creciente regionalización que puede haber y lo que puede generar en los flujos, en los precios y en las referencias internacionales, porque a día de hoy tenemos dependencia en tema de hidrocarburos. Es un tema importante, pero esperemos que sirva para que Europa dé un paso adelante. La electrificación, las renovables, las redes nos pueden ayudar a estar mejor situados en un entorno de incertidumbre. 

Ya hemos visto en el pasado reciente, con la guerra de Ucrania, que la inestabilidad no es buena debido a nuestra dependencia. ¿Puede influir este nuevo contexto en incrementos en los precios?

Estamos abiertos a una situación de mucha incertidumbre, muchas veces es difícil explicar las implicaciones que pueden tener ciertos hechos o decisiones. Aquí me retrotraigo a unas cuantas décadas, cuando nace el EVE. Partíamos de un entorno a finales de los 70 en el que había ciertos conflictos que también derivaron en problemas en el ámbito de los hidrocarburos líquidos y en una cierta inestabilidad. Esto generó la necesidad de empezar a hablar de otras cuestiones, de gas natural, de una mayor diversificación, empezamos a hablar de seguridad de suministro. No es solamente el tema del precio, las claves que nos han guiado las últimas décadas en la parte energética han sido la competitividad y la seguridad. Hay otra pata que cada vez tiene más fuerza y que es la que tenemos que reforzar: el impacto medioambiental y la huella. Este es el tridente

En esa descarbonización y transición energética, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrentamos?

Tenemos varios retos. Nos hemos focalizado mucho en los últimos años en la necesidad de descarbonizar nuestra industria y se nos han olvidado las redes. Este es un elemento imprescindible para poder avanzar de manera determinante en la descarbonización, tanto en el flujo directo de energía eléctrica para el consumo y la electrificación del consumo final como para la elaboración de productos nuevos descarbonizados. Estamos trabajando de manera muy intensa en esto porque entendemos que es el factor habilitante, tenemos que tener capacidades para que la energía renovable pueda verter y tenemos que tener capacidades para que nuestra industria pueda crecer, pueda descarbonizarse y podamos generar nueva industria. La planificación de la red de transporte que se hace cada cinco año es un elemento determinante. Y creemos que, a día de hoy, además de aumentar en capacidad e inversión, tiene que cambiar también el modo de elaborarla. Es decir, no podemos tener ciclos quinquenales de revisión. 

Hay proyectos de renovables bastante maduros ya, ¿será 2025 el año del despliegue de los parques?

Tenemos proyectos que están maduros y creo que las decisiones de inversión tienen que llegar este año, teniendo el permitting muy avanzado o prácticamente finalizado. Por lo tanto, creo que este año deberíamos de tener ya decisiones firmes, ya sean en torno a Labraza o en torno a Ekienea. También estamos viendo el incremento de la potencia de autoconsumo. Es decir, tenemos las grandes plantas que van a ir poco a poco avanzando, pero los pequeños y el autoconsumo también están aumentando, no solo en el ámbito doméstico, sino también en el ámbito industrial. Es más, una de las grandes apuestas del Gobierno para los próximos cuatro años es el autoconsumo.

Usted ha dicho que el éxito o el fracaso de la transición energética dependerá de cómo se socialice el reto. De momento, parece que no está funcionando. 

Tenemos un reto de gran envergadura y creo que para afrontar ese reto toda la sociedad tiene que estar involucrada. Tenemos que ir avanzando en lo que entendemos que tiene que ser la contribución de Euskadi a ese reto climático desde la perspectiva del mix energético y de la penetración de las energías renovables. Seguramente tendremos que trabajar mucho la sensibilización. Esto no va de llegar a tener x megavatios renovables, sino de para qué necesitamos tener esa energía renovable cerca y en un porcentaje que pueda dar cobertura a nuestras necesidades. Tenemos un territorio con unas necesidades energéticas importantes por la estructura económica que tenemos.

El objetivo de que el 32% de nuestro consumo venga de fuentes renovables en 2030, pero estamos muy lejos. ¿Hay que replantearse los objetivos?

Yo no sería partidario de retocar los objetivos. Los objetivos responden a una hoja de ruta para conseguir el objetivo de la neutralidad en 2050. Se trata de ir teniendo clara la hoja de ruta, y de ir compartiendo con el entorno social todo lo que puede suponer esto. Cuando se pone una una autopista, todos vamos muy confortables en nuestro vehículo, pero seguramente antes había un caserío, una huerta. La gente no quiere aerogeneradores cerca de su casa, pero ¿a qué miramos? ¿A nivel municipio? ¿A nivel territorio? ¿A nivel Euskadi? En Euskadi tenemos una refinería, que está en Muskiz, a ellos les ha tocado tener una refinería en su municipio. Lo que no vamos a hacer es triplicar la refinería, no tiene sentido. Tenemos que tener cierta altura de miras a la hora de plantear esas cuestiones y tener esa visión logística. ¿Dónde está el recurso? En Euskadi tenemos un nivel de protección medioambiental muy alto. Tenemos un porcentaje de terreno donde puede haber recurso interesante para generar energías renovables y es un porcentaje muy pequeño del territorio de Euskadi. En Euskadi tenemos un entorno de producto propio, tenemos un entorno de gestión de residuos, tenemos un entorno de talento y para todo eso la energía es un elemento muy importante. Si tenemos redes bien malladas y capacidad suficiente, tener suelo preparado para tener una actividad industrial es otra necesidad. Creo que todo eso hace que Euskadi pueda ser o no atractiva.

Da la impresión de que estamos en un momento crítico, con cuestionamientos a los objetivos climáticos.

Estamos en un momento de cambio. El Gobierno mantiene el objetivo de 2050 pero necesitamos capacidad renovable de generación y necesitamos redes. Y encima lo que estamos viendo es que queremos llegar a la neutralidad. La electrificación te cubre un porcentaje, pero tenemos un porcentaje muy alto que no te cubre. Ahora lo está cubriendo el gas, los combustibles, los hidrocarburos líquidos. Tenemos que ser conscientes de para qué hacemos todo esto, lo hacemos por responsabilidad climática, por responsabilidad económica y por responsabilidad social. El reto es llegar a hacer este proceso de la manera adecuada, una manera que genere las menores distorsiones. Y luego se abren discusiones o se abren análisis sobre diferentes tecnologías. Tenemos que ver cuál es el camino y que aunque el camino y la intensificación de la generación renovable está ahí, hay que ver qué necesidades tiene, por ejemplo, si no hay desarrollo de almacenamiento adecuado, tenemos unas renovables que pueden ser intermitentes en algunos casos. Tenemos que tener un plan B de cobertura.

Quienes defienden posponer el apagón nuclear aseguran que esta energía es la única vía, junto al gas, de asegurar suministro continuo, frente al intermitente de las renovables.

A día de hoy, la nuclear en el sistema ibérico genera una carga base y tendremos que ir viendo cuál puede ser la alternativa a todo esto. El tema es si a día de hoy tenemos alternativa. Creo que tenemos que hacer un análisis sereno. Teniendo en cuenta que tenemos claro el objetivo, ¿qué puede darnos en el futuro esa estabilidad? Apostar únicamente a la parte eléctrica nos puede dejar ciertos sectores fuera y esto puede perpetuar la situación actual. El proceso tiene que ser sostenible desde la perspectiva económica y desde la perspectiva social. Tenemos que hacer una transición inteligente. Si la industria no es competitiva tenemos un problema.

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08/04/2025