LAS suyas son mentes preparadas para la grandeza, según acreditan en uno de los lugares más exigentes que se conocen del universo académico bilbaino: la Escuela de Ingeniería de Bilbao, conocida entre la estudiantería como La Escuela, como si fuese el escenario e incluso el título de una novela, qué sé yo, de Stephen King. ¿Tan terrorífico puede ser?, se preguntan, nos preguntamos, los profanos. Debiéramos escuchar a quienes ya pasaron por aquellos muros o a Federico Pérez, subdirector de Planes de Estudio de la Escuela de Ingeniería de Bilbao, que cuando ayer esperábamos a los cuatro dieces del Apocalipsis –según los apuntes de la propia escuela, son cuatro de los números 1 que han logrado terminar su formación con una nota media de 10: Borja Hernando, grado en Ingeniería en Tecnología Industrial 2018-19; Andoni Díaz de Cerio, grado en Ingeniería en Tecnología de Telecomunicación 2018-19; Ana Luisa Ruiz, grado en Ingeniería en Tecnología Industrial 2019-20, y Haizea Lasa, grado en Ingeniería en Tecnología de Telecomunicación 2019-20– para la fotografía de honor ponía en entredicho que todo el expediente estuviese sembrado de dieces. "Eso no lo sacan ni los propios profesores", aseguraba el subidirector entre bromas.
Entremos en materia más seria, habida cuenta que la universidad es tierra sagrada del conocimiento, donde se cultivan, con mayor o menor acierto, las ciencias o las letras. La Escuela de Ingeniería de Bilbao reconoció ayer, en el acto de graduación, a los mejores expedientes de sus 1.300 titulados durante los cursos 2018-19 y 2019-20. 634 corresponden a la promoción 2018-19, cuyo reconocimiento tuvo que aplazarse el pasado año debido a las restricciones motivadas por la pandemia de covid-19, mientras que 696 pertenecen a la promoción 2019-20.
En el acto, presidido por la rectora de la UPV/EHU, Eva Ferreira, junto a Charles Pinto, director de la Escuela de Ingeniería de Bilbao, se destacó el esfuerzo realizado por la comunidad universitaria para completar de forma satisfactoria los dos últimos cursos académicos, en unas condiciones especiales, marcadas por las obligadas normas sanitarias. Junto a ellos, se sumaron autoridades de la talla del subdirector de la Escuela de Alumnado, Ion Agirre; el presidente del Consejo de Estudiantes, Asier Núñez Domingo; los representantes del estudiantado egresado (perdonen la expresión pero mandan las costumbres académicas...), Laura Alonso,Evis Vicente Torres y Juan José Unzilla, entre otros asistentes.
Hubo un pleno de catorce. Ese fue el número de los expedientes reconocidos. Además de los cuatro ya citados, no faltaron a la ceremonia, celebrada en el Aula Magna de la Escuela, Ricardo Tormo Muro, Ander Hormaetxe, Irantzu Alberdi, María Martínez, Julen Momoitio San Martín, Leire Benito del Valle, Aitor Gutiérrez, Endika Cavada, Pablo Segura y Marta Coll. Junto a ellos hubo otra gente de espíritu académico (ya saben, estudiantes, profesores, gente de la casa...) como Zhixia Li, Xiao Yan Wu, Julen de Blas, Markel Serrano, miembro del Consejo de Estudiantes; Itziar Martija, Ester Zuza, Carolina Rebollar, Alberto Oleaga, José Félix Miñambres, Begoña Blanco, Gorka Martín y un puñadito de gente, hasta llegar al medio centenar de participantes en la ceremonia.
Muchos de los presentes bien sabían que la Escuela de Ingeniería de Bilbao recoge la experiencia, recursos y conocimiento de muchos años en las distintas especialidades de las enseñanzas técnicas impartidas por la UPV/EHU en el campus de Bizkaia. En días como los de ayer, donde se celebraron las capacidades de los profesores en la formación y del alumnado en el aprendizaje, no está de más brindar junto a ellos porque, a buen seguro, de sus privilegiadas cabezas nos llegarán buenas noticias más pronto que tarde.
La Escuela de Ingeniería reconoce en el acto de graduación a los mejores expedientes de sus 1.300 titulados en dos cursos
La ceremonia estuvo presidida por la rectora de la UPV/EHU, Eva Ferreira, y el director de la Escuela de Ingeniería, Charles Pinto