Los duques de Cambridge, el príncipe Guillermo y su esposa, Kate Middleton han tomado la decisión de cambiar su lujosa vivienda de cuatro plantas y veinte habitaciones en Kensington por otra relativamente modesta de solo cuatro habitaciones situada en los terrenos del palacio de Windsor. Y todo por estar más cerca de la familia.
Debido al cambio de dimensiones en el domicilio, los duques han decidido que solo vivirán allí los cinco miembros de la familia. Es decir, ellos junto a sus hijos, los príncipes de Cambridge, George, Charlotte y Louis. Así, ningún miembro del personal residirá con ellos; ni el ama de llaves, ni el chef, ni la niñera, ni el jardinero. Nadie.
Esto significa que María Teresa Turrión, la institutriz que cuida de sus hijos desde 2014 ya no vivirá en el domicilio familiar, y los duques de Cambridge prescindirán de sus servicios de niñera interna. Pero esto no significa que Turrión desparezca de sus vidas, ni mucho menos. La niñera, de origen palentino y educada en el Norland College, un centro especializado en formar a 'nannies' para la élite británica, residirá en otro lugar, pero muy cerca de los tres príncipes de Cambridge.
Eso sí, María Borallo continuará al lado de la pareja, pero no pernoctará en la casa familiar, sino que llegará por las mañanas y se irá por las noches. Unos pasos que también van a seguir otros miembros del servicio de los duques, como su ama de llaves o el chef.
Así, a partir de ahora los pequeños se tendrán que acostumbrar a su ausencia durante las noches, pero esto también significa que pasarán más tiempo en la intimidad con sus padres, quienes siempre se han mostrado muy volcados en la educación de sus hijos, con quien intentan pasar el máximo tiempo posible.
De esta manera, los duques de Cambridge estarán más cerca de su familia. Por un lado, de los padres de Kate Middleton, que viven a 45 minutos en coche y, por otro, de la reina Isabel II, a diez minutos a pie de sus apartamentos privados.
Asimismo, tanto el príncipe Guillermo como Kate buscan dar a sus hijos una infancia lo más normal posible además de la posibilidad de disfrutar de la naturaleza y la privacidad que eso les da.