Los propietarios de esta vivienda, una pareja sin hijos, tenían como objetivo modernizar y abrir los espacios, pasando de una distribución tradicional compartimentada de cuatro dormitorios, un vestidor, un despacho, salón, comedor, cocina y cuatro baños, a un diseño más contemporáneo con una zona de día semiabierta, compuesta por el salón-despacho y la cocina-comedor, y una zona de noche con un único dormitorio en suite que incluyera dos vestidores y dos baños, uno para cada uno de ellos.
El mayor desafío para el estudio de interiorismo de Raquel González, encargado de esta reforma, ha sido la reubicación de los espacios, particularmente la cocina, que se ha movido de un extremo al otro de la vivienda, consiguiendo dar total protagonismo a la zona de día. De este modo, desde el recibidor se accede directamente al salón, que conecta con la terraza, la cocina y el comedor. Detrás del recibidor, hay un aseo de cortesía y el área de gimnasio y lavandería.
La vivienda, de arquitectura clásica, pero con los techos no especialmente altos, requirió soluciones creativas para las molduras. “Optamos por usar dos tipos de molduras en toda la vivienda: una con forma escalonada y una cornisa curva que aporta suavidad a la transición entre techo y pared”, explica Raquel González.
Esta transformación demuestra que incluso los espacios más antiguos pueden modernizarse y personalizarse para satisfacer las necesidades actuales. La mezcla de estilos y el diseño a medida han hecho de este proyecto un ejemplo de cómo combinar funcionalidad y estética de forma armoniosa.
En detalle
La cocina
La cocina, con una distribución en forma de “L” y una barra alta, está separada del comedor por un tabique semiabierto, permitiendo así la entrada de más luz natural. Los muebles, que van de suelo a techo, albergan la despensa, el frigorífico panelado y la columna del horno y el microondas.
El salón
Una alfombra de gran tamaño con un estampado geométrico unifica toda el área de estar, donde destaca una librería a medida que ocupa toda la pared principal, una chimenea de leña y una chaiselongue de estilo Mid Century, retapizada con una tela de terciopelo azul.
El comedor
Destaca por su estilo ecléctico y armonioso. La mesa, con sobre de cerámica, encaja perfectamente con las sillas de estilo Mid Century y la lámpara de cristal de Murano.
El dormitorio
La suite principal incluye dos vestidores y dos cuartos de baño, cada uno para un miembro de la pareja. Los elementos clásicos, como el cabecero tapizado, diseño de Raquel González, y las molduras, refuerzan la continuidad estética en todo el proyecto.
Cuarto de baño para ella
En el cuarto de baño de ella, Raquel González se ha inspirado en los baños lujosos que priorizan el cuidado personal. Para ello, ha diseñado un mueble lavabo con apariencia de tocador e incorporado una bañera exenta, dos elementos muy en tendencia en la actualidad.
Recibidor
El espacio que funciona como recibidor se ha semicerrado con un muro a media altura, con cuarterones de madera y cristal en la parte superior. Una solución que ha permitido que el recibidor se llene de luz y permitiendo una vista abierta del salón y la terraza.
La terraza
Tanto desde el salón como desde el comedor, se accede a la terraza de la vivienda. Se ha diseñado como un área de estar al aire libre con un cómodo sofá de dos plazas, una butaca y dos mesas auxiliares que ayudan a no saturar el espacio. Las plantas y la alfombra y cojines de exterior aportan el toque cálido y acaban de vestir el espacio exterior.