El Deportivo Alavés nunca ha sido un equipo excesivamente goleador. Tanto en Primera División como en Segunda –incluso en Segunda B–, el conjunto babazorro siempre se ha caracterizado más por el rédito que consigue de sus tantos que por la cantidad que llega a registrar en su casillero.
Algo que, en la época de Mané al frente del equipo, se popularizó como unocerismo y que, después de dos décadas, continúa dando alegrías en el Paseo de Cervantes, donde la labor en defensa sigue siendo más prioritaria que la ofensiva.